Las funciones de la gestión emocional
Estas son algunas de sus funciones y beneficios:
Evitar confrontaciones
El objetivo no es vencer a toda costa en una discusión, sino que se opta por mantener una perspectiva más global y objetiva del conflicto para su adecuad gestión. Esto es posible gracias a una mentalidad abierta, constructiva y asertiva.
Empatizar
Al tener la capacidad de ponerse en el lugar de una tercera persona, permite identificar su estado emocional y tenerlo en cuenta a la hora de actuar. Es decir, favorece un acercamiento de posiciones entre diferentes personas.
Orientar la acción a objetivos
Los impulsos primarios tienden a enfocar la acción a metas a corto plazo, para una satisfacción instantánea. Sin embargo, el adecuado manejo de las emociones permite orientar esos impulsos a unos objetivos a medio y largo plazo.
Aprender de los errores
El manejo de las emociones permite contemplar los errores desde una perspectiva didáctica, donde los errores no se contemplan como fracasos sino que ayudan a mejorar y a aprender de lo que no funcionó, para cambiar la acción.
Expresar emociones
El hecho de saber identificar y distinguir las emociones favorece una expresión adecuada de las mismas y modera la conducta, lo que, de forma indirecta, evita confrontaciones y conflictos innecesarios.
Ayuda a la concentración
Al gestionar la conducta emocional se incrementa la capacidad de concentración, ya que existe la habilidad de manejar los impulsos que empujan a la distracción.