Las claves de una postura correcta
"Tu cuerpo es templo de la naturaleza y del espíritu divino. Consérvalo sano; respétalo; estúdialo; concédele sus derechos." Henri-Frédéric Amiel, filósofo y escritor húngaro.
Una mala postura puede provocar problemas graves y crónicos, como por ejemplo fatiga, hernias discales, tensión muscular y mala alineación corporal. Las causas son varias: el sobrepeso, la falta de tono muscular, el uso de tacones o las posiciones y movimientos incorrectos ejecutados a largo de nuestra vida; pero, sobre todo, se debe a la desalineación del cuerpo.
Alineación corporal
Cuando todas las articulaciones de soporte del cuerpo (tobillos, rodillas, caderas y hombros) están en un estado de equilibrio biomecánico, la distribución del peso corporal es más equilibrada. Las ocho articulaciones y la columna vertebral forman una cadena cinética; cuando una de las articulaciones está fuera de su correcta ubicación, ese desajuste impacta sobre las otras. Cuando están alineadas correctamente, los músculos no se fatigan porque el cuerpo trabaja a nivel biomecánico de forma eficiente. Por eso, es muy importante que seamos conscientes de nuestro cuerpo y su alineación.
Postura de los tobillos
La mala alineación de los tobillos puede provocar una reacción en cadena que se refleja en toda la columna vertebral y la cadera. En una postura correcta, el peso debe distribuirse adecuadamente entre la almohadilla de la planta del pie y el talón de forma triangular. Los dedos de los pies deben apuntar a la misma dirección que las rodillas. Es decir, los pies y los tobillos deben estar alineados con las rodillas y las caderas.
Postura de las rodillas
Una mala postura de las rodillas puede arruinar el resto de la postura corporal. Estar de pie con las rodillas bloqueadas, apoyar el peso en un solo lado o estar sentado durante mucho tiempo ocasiona que muchos músculos mantengan una tensión desproporcionada. En una postura correcta, las rodillas deben apuntar hacia adelante, estar alineadas con las caderas y los tobillos y levemente flexionadas, evitando la hiperextensión.
Postura de la pelvis y las caderas
Cuando la pelvis está en una postura neutra, la columna toma su posición natural de S. Una inclinación hacia adelante o hacia atrás de la pelvis causa una desviación de la columna, genera presión en las vértebras y pinza los nervios, provocando dolor de espalda o una posible lesión. Los cuádriceps y los músculos pélvicos, que controlan el movimiento de las caderas, son los responsables de la alineación de la pelvis.
Postura de los hombros
El pecho está levantado, los hombros están hacia atrás y hacia abajo y los omóplatos juntándose (la pinza). Puede ser difícil mantener esta postura si uno pasa demasiado tiempo encorvado sobre un escritorio o sentado frente a un ordenador, conduciendo el coche o con un bebé en brazos. De esa forma prolongamos los músculos del pecho y de los hombros, alargando también la columna vertebral, por lo tanto, estaremos un poquito más altos.
Postura de la cabeza
La cabeza debe estar alineada con la columna vertebral, en su posición neutral, ni inclinada hacia adelante ni hacia atrás. Imagina una línea recta desde la parte superior de la cabeza hasta la base de la columna vertebral.
Mantén los músculos abdominales ligeramente contraídos para proporcionar un soporte a la columna vertebral y evitar la hiperextensión lumbar.
Al sentarte, asegúrate de que los pies estén en contacto con el suelo y las rodillas flexionadas en un ángulo de 90 grados. Apoya bien los isquiones y libera el peso sobre el coxis. Utiliza un cojín lumbar si es necesario para mantener la curva natural de la espalda baja.
Levántate y muévete cada hora para evitar permanecer sentado durante largos períodos de tiempo y estira los músculos de todo el cuerpo para mejorar la circulación sanguínea.
Postura correcta vs. errónea
La figura A: corresponde a una columna que está en perfecta alineación: las curvas y los segmentos corporales se encuentran en equilibrio. La línea vertical punteada marca la alineación correcta de los diferentes segmentos: comienza por delante del tobillo y sigue por el centro de la rodilla, el muslo y la cadera, la articulación del hombro y la oreja.
La figura B: la columna lumbar está hundida, el abdomen está extendido, la pelvis está en anteversión, la zona dorsal curvada dando el aspecto de joroba y la cabeza con hiperextensión de la zona cervical. El peso del cuerpo está delante.
La figura C: la columna lumbar y dorsal con sus curvaturas reducidas quedando rectificadas. Además, el torso está adelantado, el sacro desplazado hacia delante y la pelvis en retroversión. El peso del cuerpo está atrás.
La figura D: la inclinación general del cuerpo es hacia delante. La pelvis se encuentra en retroversión marcada, las vértebras lumbares están desplazadas hacia delante, al igual que el torso y la cabeza. El peso del cuerpo está sobre los talones.
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