En esta década se enmarcan los principales movimientos, pues una comunidad de personas valientes, cabreadas y principalmente oprimidas dijeron basta y pasaron a la acción, sabiendo que de no hacerlo, nadie lo haría.
La década de los años 60 abrió la puerta a una oleada de cambios sociales y políticos relevantes. Por una parte cabe destacar que fue en esta década cuando se permitió a las mujeres formar parte de la Cámara de los Lores. Además, se comenzaron a suministrar las primeras píldoras anticonceptivas, que en un principio eran solo para mujeres casadas pero que a partir de 1967, estarían accesibles a todas las mujeres.
Padres y Madres del Orgullo LGTB+: Barbara Gittings
Además, Barbara Gittings también fue una de las primeras mujeres lesbianas en luchar contra la despatologización de la homosexualidad y en movilizarse en contra de los despidos a personas trabajadoras con orientación homosexual.
En 1964, el tabloide Sunday People reveló que la modelo británica April Ashley era una mujer transgénero, lo que causó un gran revuelo. Dos años después se fundaba el primer grupo transgénero, la Beaumont Society, con objeto de ayudar a personas transgénero y realizar una labor divulgativa entre la comunidad médica.
En la imagen anterior se puede observar el cambio de George Jamieson a April Ashley. La prensa no perdería la ocasión de ofrecer la noticia en primicia:
El 27 de julio de 1967 entró en vigor la Sexual Offences Act (Ley de delitos Sexuales). De esta forma, el sexo consentido y en privado entre dos hombres mayores de 21 años dejaba de ser delito en Inglaterra y Gales.
Algunos hitos históricos son los siguientes:
La autora teatral y poetisa Maureen Duffy fue uno de los primeros personajes públicos en declararse lesbiana, publicando su primera novela abiertamente gay en 1966.
Las personas que participaron en los disturbios de Stonewall no lucharon para ser recordados y homenajeados, sino porque no tenían otra opción.
La madrugada del 28 de junio de 1969, tuvo lugar una redada policial en un bar de ambiente gay regentado por la mafia. Nadie sospechaba que todo lo ocurrido iba a transformar la vida de generaciones futuras.
En los inicios de los años 60 comenzó una fuerte represión en los bares gay de la ciudad. La mafia empezó a gestionar muchos de ellos, incluido uno de los más referentes: el Stonewall Inn.
A medida que las redadas se hicieron más frecuentes durante el verano de 1969, el Stonewall Inn se convirtió en un objetivo obvio.
Pero la policía no tenía ni idea de en qué se estaba metiendo: la sensación de injusticia podía palparse debido a varios ataques y a las redadas recientes.
Aquella noche, la madrugada del 28 de junio de 1969, la más calurosa del verano, todo lo que necesitaba ese polvorín era una chispa.
Alrededor de seis agentes cruzaron Christopher Street y entraron en el bar, donde ya había colegas encubiertos. Las luces se encendieron, la música se detuvo y la policía ordenó a las personas que mostraran sus documentos de identidad a medida que iban saliendo. Los clientes expulsados salieron a la calle. Al principio, el ambiente era festivo, pero cambió cuando una drag queen fue atacada por uno de los agentes después de que esta le pegara con el bolso. La gente le empezó a tirar monedas a la policía y la situación empeoró. Fue ahí cuando "los misiles" dejaron de ser céntimos y se convirtieron en piedras y botellas.
La policía se refugió dentro del bar hasta que llegó la policía antidisturbios, pero la violencia continuó.
La tensión se incrementó en las calles tras la redada en el bar Stonewall.
Esa batalla había terminado, pero algunos de los presentes sabían que nada volvería a ser lo mismo. La noche siguiente, la multitud fue más numerosa. Fue también más violenta y la policía adoptó un enfoque más potente y usó gas lacrimógeno. Los basureros fueron incendiados y arrojados contra los agentes. Las protestas continuaron otras cuatro noches, la última acabó sobre las cuatro de la madrugada.
En realidad, solo era el principio.
Finalmente, la multitud se dispersó poniendo fin a lo que hoy conocemos como los disturbios de Stonewall.
Las noticias de la revuelta corrieron por Nueva York como la pólvora. Los llamamientos a la prensa dieron sus frutos pues el Daily News llevó los disturbios a su portada, y tanto el New York Times como el New York Post informaron de ellos.
David Carter cita en su libro Stonewall a Michael Fader:
"Todos teníamos la sensación colectiva de que habíamos tragado suficiente mierda. No hizo falta que nadie dijera nada, simplemente la acumulación de todo lo que habíamos pasado durante años se materializó esa noche... Todos en la multitud creíamos que ya no habría vuelta atrás... Era hora de reclamar algo que siempre se nos había quitado... En realidad, no conseguimos la libertad total, pero ya no dejaríamos que nos relegaran dócilmente a la oscuridad de la noche y nos trataran a empujones. Pusimos pie en pared por primera vez y con decisión, y fue eso lo que sorprendió a la policía".
Exactamente un mes después de los disturbios, cuando Martha Shelley, de 25 años, se subió a una fuente de agua en un parque cerca de Stonewall, temió por su vida. Pero tenía un mensaje importante para todas las personas que estaban allí: salgan de las sombras y "caminen bajo el sol".
"Fue aterrador", recuerda a sus 75 años. "Estaba en Harlem cuando dispararon a MLK (Martin Luther King) y eso ardió en llamas. Yo era consciente de que podía recibir un disparo".
A instancias de ella y después de un agitado discurso de Marty Robinson, todos habían marchado a Stonewall Inn, algunos con bandas de color lavanda, tomados de la mano y cantando "Gay Power!" ("¡Poder Gay!"). Una vez allí, Shelley le dijo a la multitud que se dispersara ya que no deseaba más violencia.
Esa fue la primera vez que los gays marcharon abiertamente en Nueva York, exigiendo igualdad.
Este nuevo estado de ánimo se plasmó mejor en lo que se convirtió en la fuerza motriz más importante que emergió de Stonewall: el Frente de Liberación Gay (GLF por sus siglas en inglés). Se formó en cuestión de semanas y fue tanto una alianza flexible de grupos como una sola entidad. El GLF solo duró unos cuantos años, pero brilló durante ese tiempo, con una gama de problemas contra los cuales luchar.
Sin duda alguna, las noches del viernes 27 de junio y del sábado 28 de junio de 1969 serán recordadas en la historia como la primera ocasión en la que miles de hombres y mujeres homosexuales salieron a protestar a las calles contra las intolerables circunstancias que habían vivido durante años en la ciudad de Nueva York.
La primera celebración anual del Christopher Street Liberation Day Parade (Desfile del Día de la Liberación de Christopher Street) fue el 28 de junio de 1970.
El Día de la Liberación en Christopher Street, exactamente un año después de Stonewall, comenzó en Greenwich Village y recorrió 51 cuadras por la Sexta Avenida hasta Central Park.
El último domingo de junio de 1971 otras muchas ciudades se unían a las marchas de Christopher Street: Boston, Dallas, Milwakee, París, Berlín Occidental, Estocolmo y Londres. La primera marcha oficial del Orgullo Gay en Europa se celebró en Münster (Alemania) el 28 de abril de 1972.
Hoy, el mensaje político todavía continúa ahí, pero el Orgullo Gay se trata más de una celebración de la cultura gay con música y patrocinadores empresariales.
Esta píldora formativa está extraída del Curso online de Garantía de los derechos y la plena igualdad de la comunidad LGTBI.
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