Conducta PAS

La conducta PAS (Proteger, Avisar, Socorrer) es fundamental en primeros auxilios, y, más aún, en el entorno deportivo donde los entrenadores son frecuentemente los primeros en la escena de un incidente.

Proteger

En el entorno cotidiano, proteger implica tomar medidas inmediatas para garantizar la seguridad del accidentado y de quienes están alrededor. Esto incluye, por ejemplo, apagar aparatos eléctricos en caso de una electrocución o retirar objetos peligrosos como vidrios rotos.

En el entorno de una competición deportiva, la protección requiere acciones rápidas que adapten las medidas de seguridad al contexto específico. Tras detener la actividad deportiva, es crucial evaluar el área y retirar cualquier objeto o equipo que pueda representar un riesgo adicional. También es importante asegurarse de que no haya obstáculos que puedan dificultar la llegada de los servicios de emergencia o el traslado del accidentado si fuera necesario.

Además, en un escenario deportivo, es importante coordinarse con el equipo técnico, árbitros y personal de seguridad para gestionar la situación de manera eficiente.

Por ejemplo, en un partido de baloncesto, si un jugador sufre una caída que resulta en una lesión aparente, debería detenerse el juego. El equipo arbitral garantizaría que los demás jugadores se mantengan a una distancia segura del accidentado. Se deben retirar balones u otros obstáculos del área para evitar que alguien más pueda lesionarse o agravar la lesión existente. Y previamente debería estar seguro el acceso de los servicios médicos al recinto deportivo.

En otros casos más concretos, como una competición de ciclismo en ruta, la protección del accidentado puede presentar una dificultas mayor debido al entorno abierto y la velocidad de los participantes. Si un ciclista sufre una caída, el entrenador y el personal en ruta deberían señalizar de inmediato el incidente a los demás ciclistas para prevenir nuevas colisiones. Asimismo, se debe tener cuidado de evitar que los espectadores si los hubiera invadan la carretera, ya que esto puede dificultar la atención médica.

Avisar

El siguiente paso es avisar a los servicios de emergencia pertinentes. Este aviso debe hacerse de manera rápida y clara, proporcionando toda la información relevante sobre el accidente y la condición del lesionado.

Se debe llamar a los servicios de emergencias del 112 que, a través del centro coordinador de urgencias y emergencias, coordinará las unidades operativas de los servicios intervinientes, sanitarios y no sanitarios. El lenguaje debe ser claro, conciso, concreto y uniforme transmitiendo sensación de seguridad. No dar nombres y datos personales. Cuando se solicita ayuda al servicio de urgencias 112 los datos sobre los que se debe informar son:

• Identificación del motivo de la llamada.
• Ubicación exacta del accidente, incluyendo referencias que faciliten la llegada de los servicios de emergencia, como el nombre del estadio, número de campo o cualquier otro punto de referencia significativo.
• Descripción detallada de lo ocurrido, especificando si la lesión se produjo durante la actividad deportiva o como resultado de otro tipo de accidente.
• Condiciones del lesionado: sexo y edad, nivel de consciencia, si está respirando o no, y cualquier signo visible de trauma como sangrado, fracturas aparentes o deformidades.
• Primeros auxilios que se están administrando en ese momento.

Siempre es útil que en cada sesión de entrenamiento o partido haya un protocolo de emergencia establecido y conocido por todos los entrenadores y asistentes. Este protocolo debe incluir el proceso de aviso a los servicios de emergencia, así como la asignación de roles específicos a cada miembro del equipo en caso de accidente.

Además, es recomendable que los entrenadores mantengan una hoja de control con la información médica relevante de cada deportista, como alergias, condiciones médicas preexistentes (diabetes, asma, epilepsia, etc. ...) y contactos de emergencia. Esta información puede ser vital para los servicios de emergencia durante su intervención.

En un entorno de deporte base, es crucial que todos los entrenadores estén familiarizados con el procedimiento de llamada a emergencias. Una buena práctica es tener siempre a mano un teléfono móvil con batería suficiente y mantener una lista actualizada de contactos de emergencia cerca de la zona de entrenamiento o competición.

Socorrer

El rol del entrenador a la hora de socorrer es fundamental. Un entrenador bien formado en primeros auxilios y en el reconocimiento de lesiones deportivas frecuentes puede marcar la diferencia entre una recuperación efectiva y una complicación innecesaria. La formación específica en técnicas de primeros auxilios, como maniobras de reanimación cardiopulmonar (RCP), control de hemorragias y estabilización de fracturas, es vital para proporcionar una atención inicial eficaz.

A lo largo del curso veremos situaciones frecuentes, pero es bueno saber que, en primer lugar, el entrenador debería ser capaz de evaluar la situación del accidentado de manera rápida y precisa. Por ejemplo, en un partido de fútbol, si un jugador recibe un golpe en la cabeza y parece mareado o desorientado, el entrenador debe inmediatamente controlar la situación, evitando que el jugador continúe con la actividad física. Es crucial hacer un chequeo inicial sobre el estado de consciencia y funciones vitales (respiración).

Si se detecta que el jugador no respira, el entrenador debería poder iniciar RCP inmediatamente mientras otros miembros del equipo llamen a los servicios de emergencia y consigan un Desfibrilador Externo Automático (DEA) de estar disponible.

Finalmente, es importante que los entrenadores también aprendan a manejar situaciones emocionales. Mantener la calma y transmitir confianza puede ayudar a tranquilizar al herido y a otros miembros del equipo, facilitando un ambiente controlado y seguro durante el proceso de socorro.

Esta píldora formativa está extraída del Curso online de Primeros auxilios para entrenadores deportivos.