Ya hemos mencionado que la alimentación consciente es una rama del mindfulness. Por lo tanto, tanto uno como el otro, consisten en reaprender a vivir el momento presente con aceptación, curiosidad y sin juzgar. El ser humano tiene tendencia de filtrar y analizar todas las experiencias y eso nos ha ayudado a sobrevivir como especie. Si no, nos volveríamos locos con todos los estímulos que percibimos a lo largo del día. El problema es cuando juzgamos nuestro ser y todo lo que nos rodea en exceso y aquello se convierte en hábito.

El mindfulness y la alimentación consciente nos ayudan no solo a crear nuevos hábitos saludables, sino que también nos enseñan a soltar los apegos, liberar los prejuicios, escuchar a nuestro cuerpo y potenciar el respeto, la amabilidad y la comprensión hacía nosotros mismos. En definitiva, nos proporcionan más salud, calma y libertad.

Los principios, tanto de mindfulness como de mindful eating, son los mismos, y a lo largo de este curso los vamos a tener continuamente muy presentes. Son tres, ¡recuérdalos muy bien!

Intención - Atención ? Actitud

¿Mindfulness y meditación es lo mismo?

No exactamente, pero lo uno te lleva a lo otro.

La traducción exacta de "mindfulness" es "atención o conciencia plena". Es un método para conseguir un estado mental, emocional y físico en el que somos conscientes de lo que nos pasa en el cuerpo y en la mente en un momento concreto, en el momento presente, y saber gestionarlo.

Por otro lado, la "meditación" es una técnica y práctica para cultivar el estado de Mindfulness, pero no es la única forma de cultivarlo. Se necesitan más herramientas para lograr un profundo estado de conciencia y para ello hemos implementado en este programa diferentes técnicas, pautas y ejercicios para conseguirlo.

Dicho de otra manera, la meditación sería como si estuviésemos en el gimnasio haciendo un entrenamiento. Un espacio dónde entrenamos ciertas cualidades como, por ejemplo, tener paciencia, calma, generosidad, gratitud, aceptación y capacidad de poder vivir en el presente y disfrutarlo con todos nuestros sentidos.

En cambio, el mindfulness sería más bien una forma de vivir a través de las actitudes que va entrenando la meditación. Sería el maratón para el que nos hemos preparado en el gimnasio.

Por lo tanto, uno te lleva al otro.

Cuando alguien nos da una mala noticia y nos enfadamos, con toda seguridad sentiremos rabia (como proceso emocional), se nos tensa el cuerpo (como proceso fisiológico) y en nuestra mente surgen pensamientos negativos y rumiamos (como proceso mental).

Pero si practicas la meditación y el mindfulness, tendrás herramientas de todo tipo para que ese suceso no te lleve de forma inmediata y automática a acciones impulsivas y dañinas.

En otras palabras, notarás que tienes rabia, pero podrás tomar conciencia de la situación, gestionarla y minimizar los efectos.   

 
 

Podemos concluir, en una frase, que el mindfulness es tomar conciencia del momento presente con aceptación.

 La mente del mono loco   

"El mono siempre tira a otro sitio, otro lugar, otra situación vital. Al ver que ahí no está la felicidad que busca, irá a un nuevo sitio, con el problema constante de que siempre está buscando en el sitio equivocado, así que nunca podrá detenerse." Rafael Santandreu

¿Qué es la mente de mono loco?

¿Te pasa a veces que tu mente salta sin control de pensamiento en pensamiento? Este estado se llama la mente del mono loco. Tu mente te lleva desenfrenadamente de un lado a otro, como si fuera un mono que salta de rama en rama sin control.

Tener multitud de pensamientos en un mismo instante es normal. Sin embargo, el pensamiento descontrolado no es el estado natural de la mente. Podemos definirlo como un extravío, un error o un colapso momentáneo. Se supone que los procesos naturales de pensamiento son estructurados y controlados, no caóticos y reactivos. Mucha gente cree justo lo opuesto, cree que este estado de mente de mono loco es lo normal ya que desde que tiene uso de razón ha experimentado precisamente eso.

La capacidad que tiene nuestra mente de crear nuevos pensamientos es extraordinaria, pero nuestra capacidad de mantener la atención es escasa y limitada.

¿Cuál es el problema?

Ya sabes la respuesta.

Nuestra capacidad de controlar voluntariamente la atención se ha debilitado tanto que la mente toma el control de este proceso cognitivo. Así que cada vez que surgen nuevos pensamientos, arrastran con ellos nuestra atención.

Mantener la atención anclada donde nosotros queremos parece ser una gran batalla. Nuestro cerebro se convierte en un gran virtuoso de aquello que hacemos de forma repetida. Y si tu mente no está focalizada, sino dispersa, has logrado la maestría del descontrol y ahora tienes que lograr un doctorado de enfoque mental. Pero el mono no te lo va a poner fácil, cada vez que tu mente crea un nuevo pensamiento él se emociona y te avisa para que dirijas la atención a ese nuevo pensamiento. Tu atención se va para allá, pero antes de que puedas observar ese pensamiento atentamente, la mente genera otro pensamiento y el mono se vuelve a emocionar.

 "Mente inquieta, mente saltarina." Dalai Lama 

¿Cómo controlarlo?

Por suerte, podemos salir de este caos interior que nos permitirá mantener al mono saltarín calmado y enfocado. ¿Cómo? Meditando.

Mientras que generar pensamientos no nos supone ningún esfuerzo, la habilidad de prestar atención sí, ya verás, con un poco de práctica no es tan complicado como parece.

Por supuesto, durante tus primeras meditaciones el mono va a saltar de rama a rama sin parar, claro que sí, pero desde el primer momento va a suceder algo que nunca antes había experimentado. Vas a ganar pequeñas batallas, te vas a dar cuenta de que tu atención está dispersa, pero poco a poco vas a lograr esas victorias y vas a ir domando al mono. No pasa nada y es totalmente normal, si el 99 % de tus primeras meditaciones el mono campa a sus anchas, lo importante es que por primera vez vas a lograr apropiarte del 1 % de la atención anclada en tu objetivo marcado. Al día siguiente será el 2 %, luego el 3 % y así, poco a poco, es como el músculo de tu atención se va desarrollando día a día hasta que de pronto vas a darte cuenta de que el mono se ha vuelto más calmado y tu mente se vuelve más serena y despejada.

¡Recuerda las pautas para dominar a tu peor enemigo, el mono que vive dentro de ti!

  • La mente, como si fuera un mono ansioso, salta de pensamiento en pensamiento, arrastrando nuestra atención.
  • Cuando nos damos cuenta de que andamos perdidos en las piruetas del mono, centramos nuestra atención a la respiración.
  • El mono pronto saltará de nuevo, llevándose nuestra atención lejos y manteniéndonos distraídos en nuevos pensamientos.
  • Cuando nos damos cuenta de que la mente ha vuelto a dispersarse, la traemos de vuelta al momento presente centrando la atención de nuevo a la respiración.
  • Y así sucesivamente hasta que el mono saltarín se mantenga calmado y enfocado.

La técnica del mono ocupado  

La Técnica del Mono Ocupado, es una sencilla técnica que nos ayuda a reunificar la atención cuando el mono anda descontrolado.

Video basado en apuntes de Jorge Benito escritor, psicólogo y formador en medicina integrativa y mindfulness.

Te dejemos este vídeo para que puedas realizar esta técnica. ¡Qué lo disfrutes!

   

 

Esta píldora formativa está extraída del Curso online de Mindful eating. Alimentación consciente para una vida saludable.

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