Técnicas de relajación para controlar tu estrés
Las técnicas de relajación son una herramienta alternativa para escapar del frenético ritmo de vida en el que estamos inmersos y por lo tanto muy demandadas por la sociedad moderna.
A la relajación se le ha llamado la "aspirina" de la psicología y se ha convertido en un componente básico en todos los tratamientos de estrés, depresión y ansiedad.
Las investigaciones han demostrado la eficacia de las técnicas de relajación en el tratamiento de muchos problemas relacionados con el estrés. Continuamente estamos sometidos a una sobrecarga de estímulos estresantes externos que nos conducen a una serie de problemas que pueden desencadenar en enfermedades como: dolor de cabeza crónico, úlceras, ansiedad, insomnio, estrés, depresión o problemas digestivos.
Los métodos de relajación se utilizan también como tratamiento coadyuvante en muchas condiciones, tales como el pánico de hablar en público, las fobias, el síndrome de colon irritable, el dolor muscular crónico y las disfunciones sexuales.
Las diferentes técnicas pretenden facilitar el aprendizaje del patrón de respuesta biológica correspondiente al estado de relajación.
El abanico de las técnicas de relajación es muy amplio, desde los métodos sencillos de ejercicios de respiración hasta entrenamientos específicos como la hipnosis o trabajos con biofeedback. Nosotros nos vamos a centrar en los métodos que no requieren conocimientos muy profundos, que sean fáciles de aprender, adaptables a cualquier situación y aptos para todas las edades y situaciones personales.
Los podemos distinguir entre métodos de relajación profunda y relajación breve. La relajación profunda requiere un procedimiento, un ambiente tranquilo y un tiempo asignado a la práctica. Por otro lado, la relajación breve utiliza técnicas con efectos inmediatos. Cuando una persona se enfrenta con una situación estresante puntual, puede liberar con rapidez el exceso de tensión o alteración gracias a estos métodos.
La mayoría de los métodos, tanto si son profundos o breves, los dividimos en términos generales en dos categorías: Físicos y psicológicos o mentales.
Técnicas físicas
Son métodos de relajación muscular que inducen a la relajación mental. Se basan en darse cuenta de las sensaciones corporales y en el trabajo de la respiración. Las podemos dividir en activas y pasivas:
- Técnicas activas: Son aquellas donde los músculos se relajan a través del movimiento, ejercicio leve o posturas concretas.
- Yoga.
- Taichi.
- Streching.
- Método Feldenkrais.
- Método Alexander.
- Caminata consciente o contemplativa.
- Técnicas de respiración, etc.
- Técnicas pasivas: Son aquellas donde los músculos dejan de estar en tensión, no por ejercicios físicos, sino simplemente por la mente, que ordena a todo el cuerpo que deje de contraerse, que se relaje.
- Relajación progresiva Jacobson.
- Relajación muscular pasiva sensitiva.
- Relajación autógena.
- Relajación diferencial, etc.
Técnicas mentales
La relajación mental consiste en pedir a la mente que se concentre para experimentar diferentes sensaciones internas o para visualizar situaciones imaginarias. Liberando y calmando la mente conseguimos una relajación global y un estado de bienestar.
- Técnica psicosensorial.
- Técnicas de concentración y observación.
- Técnicas de visualización.
- Técnicas de imaginación.
- Meditación, etc.