Qué es un Plan de movilidad sostenible
Un plan de transporte al trabajo consiste, esencialmente, en la realización de un conjunto de medidas elaboradas mediante un proceso participativo y ejecutadas por la dirección del centro de trabajo. Dichas medidas tienen por objeto racionalizar los desplazamientos al lugar donde se desarrolla la actividad, tanto de sus propios empleados como de clientes, proveedores y visitantes. Estas medidas se acompañan de campañas de concienciación y promoción. Las medidas se orientan, normalmente, a incentivar el uso de modos de transporte más eficientes, fomentar un uso más racional del coche y reducir la necesidad de desplazamientos al centro de trabajo.
Fases de la elaboración de un Plan de Transporte al centro de Trabajo
El PTT se desarrolla a través de unas fases donde la participación en cada una de ellas, de los actores o protagonistas mencionados, se indica en el siguiente cuadro:
Fases del PTT
Diagnóstico de la situación actual
Planificación y promoción del Plan
Implementación o puesta en marcha del Plan
Seguimiento y control
Diagnóstico de la situación
Se analizará la situación en lo referente a movilidad con el fin de conocer el punto de partida, determinar los objetivos y demostrar la eficacia y rentabilidad del programa.
Análisis de la situación actual, obteniendo información de los siguientes datos:
- Localización del centro de trabajo.
- Información de la red vial en el entorno del centro de trabajo (congestión en horas punta, accesibilidad en vehículo privado o elementos de seguridad).
- Domicilios de los trabajadores.
- Posibilidades de transporte público y de aparcamiento.
- Accesos al centro de trabajo para turismos y para peatones.
- Organización del trabajo, turnos y horarios.
- Estudio de hábitos de movilidad de los trabajadores
- Para obtener un diagnóstico definitivo, será necesario conocer los hábitos de movilidad de los empleados mediante los siguientes métodos:
- Encuesta de hábitos de movilidad de los trabajadores
Planificación y comunicación
Una vez conocida la situación de partida y con los datos obtenidos del estudio de hábitos de movilidad, es posible comenzar una planificación. Ésta debe incluir lo siguiente:
- Objetivos generales del plan que indiquen los fines globales que se pretenden alcanzar. Por ejemplo, cambiar los hábitos de movilidad de los trabajadores, reducir los accidentes laborales de tráfico, etc.
- Objetivos específicos, más concretos y orientados a dar una solución a los problemas detectados en la fase de diagnóstico. Estos objetivos pueden ser de índole económica (racionalización del uso de medios de transporte), medioambiental (reducción de la contaminación), energéticos (reducción consumos de combustible), de transporte (reducción del uso del vehículo privado), etc.
Cuadro de mando de indicadores, los cuales servirán para medir el grado de consecución de los objetivos acordados.
- El número de accidentes in itinere
- Número de trabajadores que usan el transporte público
- Número de trabajadores en teletrabajo
- Consumo de energía y emisiones CO2
- Número de plazas de parking ocupadas.
Medidas preventivas, indicando, para cada una de ellas:
- Análisis del impacto y recursos necesarios para su implantación
- Cronograma de implantación y sistemas de incentivos
- Medición de la eficacia con indicadores
Finalizada la planificación, se debe informar a los trabajadores con el fin de indicarles sobre las medidas preventivas que la empresa ha tenido en cuenta para la prevención de los accidentes in itinere.
Asimismo, la comunicación contribuirá tanto a la concienciación de los trabajadores sobre los principales riesgos en los desplazamientos y la forma de evitarlos como en su motivación para su participación en el Plan.
Para ello, es recomendable usar mensajes sencillos y directos mediante los canales que la empresa, usualmente, utiliza para sus diversas comunicaciones: boletines, revistas, reuniones de grupo, sesiones formativas, eventos, e-mails, carteles, etc.
Implementación o puesta en marcha del Plan
Tras la elección de las medidas a adoptar que servirán para alcanzar los objetivos marcados, estas deben ser puestas en funcionamiento.
La comunicación, siempre presente, se puede llevar a cabo en esta fase haciendo llegar información sobre el Plan a clientes, proveedores, socios, medios de comunicación, autoridades, organizaciones empresariales, ONG, etc. para adquirir una mejor imagen en términos de Responsabilidad Social Corporativa.
Seguimiento y control del Plan
Efectuar un seguimiento del Plan es tan importante como la elaboración del mismo, ya que permite:
Conocer su eficacia.
Disponer de sistemas de seguimiento y control de desviaciones.
Mejorar continuamente el Plan.