El nivel de actividad mental necesario para desarrollar nuestro trabajo se denomina carga mental.
El análisis en profundidad de un puesto de trabajo ha de completar tanto los aspectos físicos, como los mentales.
La evolución de la sociedad actual ha dejado de lado la importancia de la fuerza física, siendo por el contrario necesario el estudio de la carga mental y las consecuencias de ésta sobre las personas.
Cada vez podemos encontrar puestos de trabajo con una carga mental elevada, como conducción de vehículos, controles a distancia, tareas administrativas, controles de diversas actividades, etc.
La carga mental en la sociedad actual depende de la cantidad de información recibida y la respuesta a la misma.
Para conocer realmente la carga mental de una persona hay que tener presente:
Todos los días nos llega mucha información. Tenemos que controlar la cantidad, si viene de manera dispersa o concreta, los canales por los que nos llega, etc.
Una vez que tenemos la información llega el momento de analizarla, procediendo a su elaboración, basándonos en el razonamiento continuo, así como en la objetividad, etc.
Por una parte recibimos toda la información, por otra procedemos a analizarla extrayendo determinadas conclusiones, y, para finalizar, hemos de dar una respuesta, que vendrá determinada por la rapidez que nos exijan, así como la libertad al tomar una opción u otra, etc.
Cuantitativamente hablando encontramos actividades laborales con sobrecarga de trabajo o un ritmo demasiado elevado, con consecuencias como la baja motivación, autoestima, mayor absentismo, etc.
Cualitativamente nos referimos a que la carga mental se produce cuando el individuo no se siente capaz de realizar una determinada tarea, ya que percibe que es demasiado complicada y excesiva respecto a su preparación.
También existen puestos de trabajo con bajas exigencias, con actividad muy puntual. Aquí aparece el descenso de la atención, aburrimiento y posterior ansiedad y depresión y, casi siempre, insatisfacción.
A continuación enumeramos una serie de factores que determinan la carga mental de un trabajador o trabajadora.
Como hemos comentado, en alguna ocasión el sonido desagradable o ruido tiene muchas consecuencias que no tenemos en cuenta. Un simple teléfono que durante todo un día no para de sonar en una oficina puede ser el origen de consecuencias negativas como la disminución de la atención, la falta de concentración o el estrés.
El ambiente térmico ha de ser confortable, ya que sino aparecerá el malestar general, bajando el ánimo y provocando consecuencias negativas en el trabajo. Hay que buscar que nuestro organismo se encuentre lo más cerca posible de los 37º C. Para ello habrá que adecuar el lugar de trabajo para conseguir esta temperatura.
Cuanto mayor sea el confort visual, más posibilidades tenemos de aumentar el rendimiento, evitando por otra parte cualquier tipo de consecuencia negativa provocada por una iluminación incorrecta.
Carga mental
Nivel de actividad mental necesario para desarrollar nuestro trabajo.
Esta píldora formativa está extraída del Curso online de Prevención de riesgos laborales.
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