Creerás que la habilidad para relajarse puede ser la misma que tienes para caminar o para hablar, pero no es así. Para que el mecanismo sea efectivo has de aprenderlo y, por ello, deberás practicar con regularidad los ejercicios que te proponemos en las diferentes unidades, encontrando siempre el que más se adecue a tus necesidades. De esta manera reducirás la aparición de los síntomas de ansiedad o estrés y adquirirás unas habilidades esenciales para liberarte de ellos cuando aparezcan.
En nuestra cultura, dar la misma prioridad a la relajación que a las tareas de la casa, responsabilidades personales u objetivos laborales puede ser algo complicado. Pero debemos aceptar que, si queremos combatir síntomas no beneficiosos para nuestra salud física y mental, debemos dar prioridad a la relajación en la vida cotidiana.
El aprendizaje de la relajación es igual que aprender a montar bici o a nadar. Requiere constancia, pero una vez que lo aprendes, puedes ponerlo en práctica sin esfuerzo en cualquier lugar o situación.
"Llegará el día en el que al regresar a casa te saludarás alborozado, te sonreirás y te invitarás a sentarte y a comer" comienza un poema de Derek Walcott que concluye con un: "Siéntate y festeja tu vida".
No podemos poner excusas para no realizar la relajación. Dejemos atrás el "no tengo tiempo", "es demasiado aburrido", "me falta disciplina", "estoy demasiado tenso como para relajarme", "no me va a ayudar en nada" o "me da miedo". Tenemos que pensar de modo positivo, asumir que lo que estamos haciendo nos va a ayudar a experimentar nuevos estados de bienestar y que es bueno para nosotros.
La respiración es fundamental para sentirse relajado. Si llenamos los pulmones correctamente de aire llevando una respiración rítmica con el diafragma, conseguiremos desahogar tensiones y notaremos efectos tranquilizantes.
El ejercicio libera la tensión acumulada en la musculatura, hace que la respiración se vuelva más profunda y rítmica y masajea los músculos y órganos internos. Pero, además, practicarlo obliga a reservarse un tiempo para uno mismo en el que se tiene la mente ocupada en algo distinto a las preocupaciones.
Si somos capaces de incorporar en nuestra vida un espacio para hacer estos ejercicios, o ponerlos en práctica cuando veamos que perdemos en control, notaremos importantes mejoras. Al igual que hacemos millones de cosas al día, muchas de ellas con poco sentido, ¿por qué no podemos incorporar una que nos sea de ayuda? Intentémoslo, vale la pena probarlo.
Test de ¿Sabes relajarte y darte un break?
En tiempos de Facebook, WhatsApp y Twitter es complicado realmente desconectar y descansar. La mayoría de las personas dependemos, en mayor o menor grado, de estos sistemas sociales y nos han hecho pensar que es parte de la vida misma. Incluso llegamos a pensar que, si no estamos conectados, algo está incompleto en nuestro día y nos podemos llenar de dudas e inseguridades respecto a lo que habrá sucedido.
En estos tiempos parece que es la tecnología la que marca nuestro ritmo y, conforme avanzamos, tratamos de estar siempre a la última. Los papeles se han invertido, en vez de que la tecnología nos sirva a nosotros, parece que nosotros debemos servir a la tecnología. Por lo anterior, haz una pausa, cierra tus redes y pregúntate?
Responde sí o no a lo siguiente:
¿Contestas mensajes de gente que no te interesa por trabajo ni de forma personal?
¿Dedicas más de dos horas a tus redes sociales?
¿Sientes aceptación cuando recibes "Me gusta" en tus comentarios?
¿Crees que al apagar tu teléfono una semana sentirías angustia?
¿Tu vida interactúa más con tu teléfono en mano que con la gente frente a ti?
RESULTADOS:
Esta píldora formativa está extraída del Curso online de Técnicas de relajación física pasivas y mentales.
No pierdas tu oportunidad y ¡continúa aprendiendo!
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