Sorpresa

Se trata de una emoción muy útil para captar la atención del cliente, para que sea consciente de algo que podría valorar pero que puede pasarle desapercibido. Se produce por algún suceso inesperado o desconocido, y tras ella aparece un fenómeno denominado de orientación que nos prepara para el análisis de los estímulos que la hayan provocado y se asocia a un incremento de la sensibilidad de nuestros sentidos.

Miedo

Es una de las emociones más intrigantes que podemos llegar a sentir. Somete a nuestro cuerpo a un elevado estrés, vinculado a grandes dosis de incertidumbre sobre lo que pasará en un futuro próximo o lejano. Usado por la publicidad y el marketing para conseguir despertar la atención de los consumidores. Debe ser tratado con respeto y sutileza, intentando no generar distorsión, sino mostrar los atributos de un producto o servicio de la manera más correcta y creativa posible.

El miedo es una emoción con una doble posibilidad:

Maximizar el miedo Minimizar el miedo
Generar una sensación de alerta ante una situación posible Transmitir seguridad en una actividad dada.

Alegría.

En la compra, esta emoción tiene una consecuencia inmediata en la atenuación de las circunstancias que pudieran afectar negativamente a la toma de decisiones en el proceso de compra.

No solo se trata de una emoción positiva, sino que además puede lograr que las sensaciones desagradables lo sean menos.

Aparece en momentos en que hemos conseguido alcanzar nuestras metas o algún logro significativo -de ahí que sea importante presentar nuestro producto o servicio como algo que ayudará a conseguir logros y alcanzar metas-.

Facilita el recuerdo del acontecimiento que la provocó: provocar situaciones que la generen hace que el cliente, por ejemplo, tenga un espacio reservado en su memoria para tal vendedor, tal empresa o tal producto.

Como elemento característico, la alegría va acompañada de sonrisa: el ser humano es capaz de distinguir la sonrisa auténtica de la que no es espontánea. Por lo que se trata de un rasgo de esta emoción que hay que cuidar en las relaciones comerciales.

Tristeza

Conlleva una reducción importante de nuestra actividad cognitiva y comportamental. Existe una especie de decaimiento general.

Tiene el efecto contrario a la sorpresa en relación con la atención, lo que podría generar un aplazamiento de la toma de decisiones de compra y alargar dicho proceso.

Vergüenza

(emoción autoconsciente).

Aparece cuando la persona hace una evaluación negativa de sí misma tras la comparación con otras personas socialmente cercanas. El orgullo sería la emoción contraria.

Como estrategias de venta: anticipar el orgullo por la satisfacción de una meta, acelera el proceso de compra. Mientras que ocurriría algo similar si conseguimos ocultar aquello que pudiera generar vergüenza en el cliente.

Podría entenderse que las emociones positivas favorecerían la compra, y que las negativas la dificultarían. Sin embargo, esto no es así: habrá que usar la emoción que convenga.

 Peso de las emociones

 

Esta píldora formativa está extraída del Curso online de Psicología aplicada a las ventas (COMT077PO).

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