Dada, pues, la importancia de las quejas y reclamaciones, a continuación se indican cuál la pauta "ideal" a seguir para gestionarlas:
Control de la situación
Observar el estado de ánimo del consumidor, actuando en función de este:
Exposición de la queja o reclamación
Una vez controlada físicamente la situación, escucharemos al consumidor sin interrumpirle, de forma que se desahogue y exponga su problema, ya que si está alterado no podremos establecer una comunicación positiva con él. Incluso, tomaremos notas, ya que así mostramos interés por su problema, además de recoger información útil para su solución. En todo momento, prestaremos atención y daremos señales o gestos que así lo indiquen.
El resumen o reformulación del problema
Una vez termine su exposición, haremos un pequeño resumen o reformulación de la misma, separando los hechos objetivos de las emociones y apreciaciones subjetivas generadas con la alteración. Consiguiendo así, demostrar nuestro interés por su problema y que lo hemos comprendido.
Tomamos la palabra
Dará lo cual le realizaremos preguntas para obtener información más precisa, pues en el acaloramiento propio de la queja o insatisfacción, el consumidor no suele dar información ordenadamente: ¿qué ha ocurrido?, ¿cómo?, ¿dónde?, ¿con quién ha ocurrido el problema?, etc. (emplearemos un tono de voz bajo y calmado, hablando despacio).
Ofrecer una solución
Deberemos ofrecer una solución lo antes posible. Si no se puede dar la solución en el momento, le diremos cuándo nos pondremos en contacto con él. Es importante especificar el plazo en el que le daremos la solución y cumplirlo. Debemos evitar respuestas imprecisas como " en breve le llamaremos", "ya le llamaremos", "en unos días le llamaremos", ya que estas expresiones crean incertidumbre en el consumidor y da mala imagen para la empresa.
La disculpa
Formulada una queja o reclamación, esta puede ser justificada o no.
Comprobar si se ha satisfecho al consumidor
Para lo cual se le preguntará si quedó satisfecho con las soluciones que es capaz de aportar la organización para solucionar el problema. Emitiendo un compromiso de que la misma situación no volverá a ocurrir.
Ofrecerle otra vía
Si después de todo este proceso, el consumidor no quedara satisfecho o/y no estuviese de acuerdo con nuestros argumentos, le ofreceremos la posibilidad de solucionarlo a través de terceras personas que, imparcialmente, resolverán el problema. Es decir, cortésmente, ofreceremos la Hoja de Quejas y Reclamaciones y/o el Arbitraje de Consumo en el caso de estar adheridos al Sistema Arbitral de Consumo. Generando así, nuevos instrumentos para la solución de su problema. Aunque lo ideal es que su organización pueda resolver el problema <<in situ>> ya que así se fidelizará al consumidor con mayor eficacia.
Comprobar su fidelidad
Si el consumidor vuelve a confiar en nosotros, ya que será indicativo de la buena gestión realizada.
Esta píldora formativa está extraída del Curso online de Atención a las reclamaciones.
No pierdas tu oportunidad y ¡continúa aprendiendo!
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