La resiliencia no solo depende de las circunstancias externas y vivencias, sino también de cómo las interpretamos y respondemos emocionalmente. El mindfulness, entre sus múltiples beneficios, también nos ayuda a desarrollar esta cualidad. Al estar más conectados con nuestras emociones, sentimientos y sensaciones, podemos aprender a aceptar las dificultades y afrontarlas con mayor calma y serenidad. Asimismo, favorece a reducir el estrés, mejorar la claridad mental y potenciar la capacidad de mantener la calma bajo presión.
Cualquier técnica nos puede ser útil, ya sea la meditación, respiración consciente, atención plena en alguna actividad cotidiana (pasear, saborear la comida, ducharnos…) o cultivar la autocompasión.
Poder de la gratitud
Practicar la gratitud es otra de las claves del mindfulness. Dedicar unos minutos cada día para reflexionar sobre las cosas por las que estamos agradecidos nos ayuda a mantener una perspectiva positiva y a cultivar la resiliencia.
En el contexto de la resiliencia y la resolución de problemas, la gratitud actúa como un catalizador para desarrollar una perspectiva positiva, incrementar nuestra confianza y fortalecernos frente a los desafíos con la mente equilibrada. La gratitud transforma nuestra percepción de los problemas, ayudándonos a enfocarnos en las soluciones en lugar de quedarnos atrapados en las dificultades.
Crea tu diario de gratitud con estos tres apartados. Selecciona un momento del día, preferiblemente por la noche, para reflexionar sobre lo sucedido durante el día. Intenta encontrar siempre un enfoque positivo.
Realiza este ejercicio durante al menos 21 días para crear el hábito de encontrar aspectos positivos, incluso en situaciones difíciles.
Obtendrás como mínimo estos resultados esperados.
La gratitud y la bondad están profundamente conectadas, creando un ciclo virtuoso donde una fomenta la otra. Sentir gratitud nos hace más conscientes de las necesidades ajenas y nos motiva a actuar con bondad, compartiendo y apoyando a los demás. A su vez, al ser bondadosos, experimentamos una sensación de satisfacción que incrementa nuestra gratitud por poder impactar positivamente en la vida de otros. Este vínculo fortalece nuestro deseo de contribuir al bienestar común y nos ayuda a crecer como personas.
Ahora, tómate un pequeño break y disfruta de esta meditación para cultivar la bondad.
Esta píldora formativa está extraída del Curso online de Pensamiento crítico y estrategias creativas en la era de la IA.
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