La gran diversidad de procesos o situaciones que pueden etiquetarse como conflicto ha provocado no solo la proliferación de clasificaciones de los mismos sino de los criterios utilizados para realizar las clasificaciones.

Vamos a considerar el alcance o las fuentes de conflicto, su contenido, naturaleza y nivel en el que se producen.

Clasificaciones de los conflictos según su alcance o sus efectos

La clasificación de los tipos de conflicto se puede hacer utilizando diversos criterios. Pondy, analizando 7 estudios empíricos de conflictos en organizaciones, identificó dos grandes tipos de conflicto según el alcance de los mismos:

Conflicto de relación
No altera la estructura organizativa -las relaciones de autoridad, distribución de recursos o de responsabilidades funcionales-. Afecta a la fluidez y eficacia relacionales.
Conflicto estratégico
Se crean deliberadamente con el objetivo de afectar la estructura organizativa, es decir, para obligar a la organización a redistribuir la autoridad, los recursos o responsabilidades funcionales.

Morton Deutsch, en una de las clasificaciones que propone, diferencia los conflictos según los efectos principales que producen. Estos efectos se consideran valorando el conjunto del proceso conflictivo y no en un estadio concreto o desde la perspectiva de una de las partes en un momento. Los conflictos, según este criterio, pueden ser:

Conflictos constructivos
Conflictos cuyos resultados son satisfactorios para todos los participantes: ?el mayor bien para el mayor número posible?.
Filosofía Win-Win: yo gano, tú ganas.
Conflictos destructivos
Conflictos cuyos resultados solo pueden ser evaluados como satisfactorios para alguna de las partes si esa parte considera como criterio de satisfacción la pérdida que sufre la otra parte aunque no obtenga bien alguno. Son conflictos sin solución aparente en los que ambas partes pierden, e incluso dejan de tener objetivos positivos y mantienen el conflicto con objetivos negativos ?evitar pérdidas propias y causar pérdidas a la otra parte?.

En esta se encontraría la filosofía de "yo gano, tú pierdes", o "yo pierdo, pero tú también".

Clasificaciones de los conflictos según su contenido

Moore (1994) ha distinguido los conflictos en función de sus fuentes principales:

Conflictos de relación entre las personas

Emociones fuertes, falsas percepciones o estereotipos, escasa o falsa comunicación, conductas negativas repetitivas. Llevan frecuentemente a lo que se han denominado conflictos irreales, innecesarios o falsos, en los que se puede incurrir aun cuando no estén presentes las condiciones objetivas para un conflicto.

Conflictos de información

Información falsa, falta de información, diferentes puntos de vista sobre lo que es importante, interpretación diferente de la información, procedimientos diferentes de estimación.

Conflictos de intereses

Competición entre necesidades incompatibles o percibidas como tales. Sustanciales (dinero, recursos físicos, tiempo, etc.), de procedimiento (la manera como la disputa debe ser resuelta) o psicológicos (percepciones de confianza, juego limpio, deseo de participación, respeto, etc.). Es necesario un acuerdo en los tres niveles para la satisfacción completa.

Conflictos estructurales

Causados por estructuras opresivas de relaciones humanas. Estas estructuras están configuradas muchas veces por fuerzas externas a la gente en conflicto. Definiciones de roles, desigual poder o autoridad, control desigual de recursos, condicionamientos geográficos (distancia o proximidad), tiempo, estructuras organizativas.

Conflictos de valores

Causados por sistemas de creencias incompatibles. Los valores son creencias que la gente emplea para dar sentido a sus vidas (explican lo que es bueno o malo, verdadero o falso, justo o injusto). Valores diferentes no tienen por qué causar conflicto. Las disputas surgen cuando unos intentan imponer por la fuerza un conjunto de valores a otros, o pretenden que tenga vigencia exclusiva un sistema de valores que no admite creencias divergentes. Valores cotidianos, valores últimos, valores de autoestima.

Thomas (1992) distingue entre:

Conflictos de objetivos o intereses

Las partes desean resultados aparentemente incompatibles o divergentes (satisfacer necesidades personales, obtener recursos escasos, etc.). La consecución de los objetivos de cada parte amenaza u obstruye el logro de los objetivos de la otra. La clave es la reconciliación de las aspiraciones hacia diferentes objetivos de las partes.

Conflictos de juicio u opinión- conflictos cognitivos

Implica diferencias sobre temas de hecho o empíricos. Una parte percibe que la otra ha llegado a conclusiones diferentes (incorrectas) sobre lo que es verdad en un sentido empírico. Pueden denominarse controversias. La clave reside en cómo combinar diferente información o razonamientos de las dos partes para formar una conclusión que es más o menos rigurosa.

Conflictos normativos- conflictos de valores

Se centran sobre la evaluación de una parte sobre la conducta de la otra en términos de expectativas sobre cómo la otra debería comportarse. Estas expectativas pueden implicar varios tipos de estándares de lo que es una conducta apropiada: éticos, nociones de equidad, justicia, respeto a jerarquías de estatus y otras normas del sistema social, etc.

Deutsch también distingue los conflictos en función de los asuntos sobre los que versan, aunque enfatizando el origen temático de los mismos, y señala las siguientes categorías:

control de recursos (dinero, poder, espacio),
preferencias personales incompatibles con las de los otros
intereses, deseos o valores contrarios o simplemente diferentes
información o creencias distintas.

Clasificaciones de los conflictos según su naturaleza

Una de las clasificaciones más conocidas es la realizada por Deutsch diferenciando los conflictos según su naturaleza:

Conflicto verídico
Existe objetivamente y es percibido con precisión.
Conflicto contingente
Se basa en una determinada estructuración de los elementos o circunstancias. La reorganización lo eliminaría pero las partes lo desconocen.
Conflicto desplazado
El objeto del conflicto sobre el que se discute no es el real.
Conflicto mal atribuido
Error en la identificación del contendiente, debido normalmente a que también se yerra en el objeto del conflicto.
Conflicto latente
No ocurre porque está reprimido, desplazado, mal atribuido o no es percibido.
Conflicto falso
Sin base objetiva.
 

Esta píldora formativa está extraída del Curso online de Mediación y resolución de conflictos.

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