Como ya sabemos los grandes momentos son el inicio y fin. Son los momentos en los que podemos crear un mayor impacto en la audiencia y cuando disponemos de los mejores niveles de atención.

Haz saber a la audiencia que se aproxima el final. Expresiones del tipo: Para finalizar esta presentación... o Antes de concluir... captarán la atención para el momento del cierre.

Es el momento de repetir los puntos clave de tu mensaje e insistir en los beneficios que pueden obtener de tu propuesta, idea, producto, servicio...

Repetición de mensajes claves

La repetición tiene un poderoso efecto nemotécnico. Si repites el mensaje cuando más atención te prestan, estás facilitando que te recuerden.

Para potenciar este recuerdo repite tu mensaje 3 veces a lo largo de la presentación, con la siguiente fórmula:

  1. En la introducción, di lo que vas a decir.
  2. En el cuerpo del discurso, dilo.
  3. En la conclusión, di lo que has dicho.

Esta fórmula tiene una doble utilidad porque además de su efecto nemotécnico, crea confort en la audiencia. Establece una zona conocida de seguridad para el público permitiéndole saber dónde está y adónde va.

Así pues, en el cierre de la presentación repite tus ideas de forma breve, en un pequeño resumen que concluya con una frase que sintetice tus argumentos. Recurre al número mágico 3, enumera tus tres razones o conceptos expresados. Si tienes la impresión de ser ligeramente repetitivo, modifica tus expresiones sutilmente.

Conclusión: beneficios

Repetir tus argumentos no es suficiente, debes atar cabos y cerrar el círculo. Vuelve al inicio. ¿Qué anunciaste en la apertura? Asegúrate de cumplir este compromiso. Si empezaste con una incógnita, deberás resolverla, y si planteaste un problema, ofrece una solución. 

Una vez cumplido, hay que recalcar los beneficios que obtiene la audiencia por escucharte. Destaca las ventajas que le aportan tus ideas. Recurre de nuevo al número mágico 3, enumera tus tres mejores ventajas, beneficios o expectativas.

Siguiente paso

Para que prosiga el efecto de nuestra presentación hasta culminar nuestro objetivo, es el momento de indicar el siguiente paso: haz una llamada a la acción.

Explica a la audiencia qué debe hacer para obtener los beneficios que le has indicado. Ten en mente tu objetivo: tu propósito final. ¿Cómo puede la audiencia ayudarte a conseguirlo? Tendrás que indicarle más o menos abiertamente lo que pretendes que haga. Anima a dar un paso en la dirección que buscas.

Hazlo fácil, pasos sencillos. Si es complicado o lo parece, no lo harán. 

¿Hay alguna pregunta? 

El turno de preguntas interrumpe la magia y el efecto del final de tu presentación. El mejor consejo es evitarlo, aunque a veces no es posible.

Si es necesario admitir preguntas, tú controlas: 

  • Decide cuántas responder (2 o 3).
  • Responde brevemente. 
  • Agradece las preguntas.
  • Retoma la conclusión de tu presentación.

Repite brevemente la conclusión (tres mejores ventajas, beneficios o expectativas) y el siguiente paso que recomiendas dar (las acciones que invitas a la audiencia a realizar). Ahora estás listo para el broche final: tu golpe de efecto.

Golpe de efecto

Haz que quede claro que estás a 3 segundos del final.

Sé cortés y agradece a la audiencia su atención. Un breve ¡Gracias! es suficiente. 

Y da tu golpe de efecto. Elige la forma que mejor se adapta a ti y a tu presentación: 

Una cita

Una cita

Utiliza una cita interesante y relevante que ilustra tu argumento de forma convincente. Elige una frase con sonoridad, de alguien ampliamente reconocido y preferiblemente con cierta originalidad. Proyéctala en la pantalla mientras la pronuncias, reforzarás el impacto con el efecto visual.

Un eslogan

Un eslogan

Crea tu propia cita, una frase o juego de palabras que sintetice tu mensaje en una expresión simple, directa y sonora.

Una pregunta

Una pregunta

Una pregunta retórica y provocativa. Una cuestión enlazada con el tema de la presentación que les invite a pensar y les motive a realizar las acciones que les has indicado.

Un dato sorprendente

Un dato sorprendente

Reserva alguna información para el final, algo que ilustre tu presentación y despierte emociones. 

Refuerza el efecto de tu broche final con un efecto visual. Puedes proyectar la cita utilizada, un porcentaje, una imagen impactante... siempre relacionada con tus palabras.

Algunos ejemplos: 

Steve Jobs, cofundador y presidente de Apple, tenía su personal forma de terminar sus exposiciones. Terminaba siempre diciendo"One more thing" (una cosa más) y entonces añadía algo sorprendente. Una información que guardaba para el final para que el público abandonase la sala hablando de ello.

Dianna Cohen, cofundadora de la Plastic Pollution Coalition, concluye sus discursos sobre la contaminación plástica con la frase: "Save our oceans, save our planet, save ourselves" (salvar nuestros océanos, salvar nuestro planeta y salvarnos a nosotros mismos).
 
 

Esta píldora formativa está extraída del Curso online de Cómo realizar presentaciones eficaces.

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