Cada vez son más los estudios e investigaciones científicas que demuestran, con datos contrastados, el impacto de las emociones y los beneficios que implica desarrollar la inteligencia emocional en las personas, en los equipos y en las organizaciones.
Así, en términos generales un buen nivel de inteligencia emocional:
Norman Cousins, director de la revista Saturday Review en la década de 1970, fue diagnosticado con una enfermedad autoinmune, con solo una posibilidad sobre 500 de curarse. Siendo consciente de que el estrés y la preocupación solo podrían empeorar su estado, concluyó, por simple deducción, que las emociones positivas podrían mejorar su salud. Cousins, con la aprobación de su médico, se instaló en un hotel, estuvo viendo día tras día películas cómicas, vídeos y espectáculos humorísticos, para beneficiarse de las virtudes terapéuticas de la risa. También recibía frecuentes visitas de sus amigos y solo tomaba fuertes dosis de vitamina C.
De forma casi milagrosa, la enfermedad remitió y Cousins se curó. Su experiencia fue publicada en el New England Journal of Medicine.
El suceso anterior fue considerado como fundamento científico por muchos investigadores, entre ellos el Dr. Lee Berk, quien junto con su equipo realizaron un estudio en el que descubrieron que la risa tiene efectos significativos y sorprendentes sobre dos hormonas: las beta?endorfinas (sustancias químicas de la familia que eleva el estado de ánimo) y la hormona de crecimiento humano (HGH, lo que contribuye a la optimización de la inmunidad). Tomando dos grupos de pacientes, uno de ellos visualizó películas y vídeos humorísticos. Por otro lado, se formó un grupo de control, al que no se le proyectaron dichas filmaciones. Las personas que vieron los vídeos, aumentaron en un 27 % y 87 %, respectivamente dichas hormonas. Sin embargo, el grupo de control, que no vio películas, no experimentó dicho aumento.
Un estudio realizado por The Societyfor Human Resource Management (SHRM), en más de 600 empresas, demostró que los programas de entrenamiento de habilidades socioemocionales mejoran la salud y el equilibrio emocional de sus trabajadores (reduce el estrés, el absentismo y la rotación) y el rendimiento de los equipos de trabajo (incremento de resultados de hasta un 56 % y mejora del clima laboral).
Entre los beneficios más importantes de la inteligencia emocional en las organizaciones destacamos:
La persona siente que importa y que aporta, una de las necesidades básicas de los seres humanos
El desarrollo de la inteligencia emocional es un factor clave en cualquier proceso dentro de la organización y debemos tenerlo muy presente en todas las etapas de nuestro programa de mentoring.
Esta píldora formativa está extraída del Curso online de Mentoring: multiplica el aprendizaje y la motivación organizacional.
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