Este tipo de inteligencia no consiste en alterar la capacidad de generación de emociones con respecto a diferentes estímulos del entorno, sino que se relaciona más con la reacción que una persona tiene frente a ellas, que muchas veces son más impactantes que las emociones en sí que desencadenan esta acción.
Prestan atención a sus emociones
Conocen sus sentimientos y no los reprimen
Estas personas son auténticas y sinceras, ya que expresan sus sentimientos de forma clara.
Analizan sus proyectos y sueños
Tienen un balance constante en sus acciones
No toman nada a lo personal
Son autocríticas con sus acciones
Se fijan en las emociones de otras personas
Conocen siempre gente nueva, pero se rodean de aquellas personas con las que tienen una conexión
Se motivan a sí mismas/os constantemente
La inteligencia emocional no es una sola. Abarca diferentes tipos y características que definen el coeficiente intelectual (ci) de un aspecto de la persona. Estas pueden dividirse en cinco categorías o habilidades básicas:
Empatía
Habilidades sociales
Autoconocimiento
Motivación
Autorregulación
En definitiva, la Inteligencia Emocional nos ayuda a pensar en las causas que han desencadenado que otras personas se comporten de un modo que nos hace sentir de un modo determinado, en vez de empezar pensando en cómo nos sentimos, y a partir de ahí, decidir cómo reaccionaremos ante lo que otras personas digan o hagan.
Esta píldora formativa está extraída del Curso online de Empatía: Cómo mejorar tu forma de relacionarte.
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