Aparte de los obstáculos, existen también una serie de inhibidores que nos influyen a la hora de ser creativos y de tener iniciativa.
El temor al fracaso nos arrincona, y es que el fracaso es una de las dos alternativas al final de cualquier proyecto, pero el éxito es un camino, no un destino, un camino donde se ha fracasado muchas veces, aprendido una y otra vez de esos fracasos por lo que en lugar de usar la palabra "fracaso", deberíamos usar "situaciones difíciles de aprendizaje" u "obstáculos".
Los niños no conocen el temor al fracaso, ya que para ellos todo es un juego y aprenden jugando.
Los fracasos como trampolines
"El fracaso no es morir, es volver a empezar".Ralph Waldo Emerson
No ha aprendido la lección de la vida, aquel que no supera cada día un temor. Ralph Waldo EmersonY entre ellas hay cuatro que son el terror de las iniciativas:
1º
2º
3º
4º
Cuando uno se ríe de otro, lo mejor es decir ¿y a mí qué? Ya que el que insulta suele tener un defecto y para sentirse bien tiene que insultar y sacar a relucir el defecto del otro
En el caso de "no tengo dinero", si sucede es porque no has usado todo tu potencial creativo en distribuir mejor los ingresos actuales y buscar nuevas fuentes de ingresos iniciando alguno de esos viejos proyectos de la juventud que sabías a ciencia cierta, que te harían millonario.
No nos gusta salir de la norma haciendo algo excepcional, algo que nos coloque en un escaparate. ¿Será qué nos asusta la crítica porque nosotros somos asiduos criticones?
La crítica no hace bien ni al que gasta neuronas en elaborarla, ni al que se convierte en víctima de ella. Si comenzamos por no criticar nosotros, quizás conseguiremos inhibir ese miedo tan angustioso a ser criticados.
Historia de María la criticona
Cuenta la historia, que un lugar muy lejano a este, había una mujer muy criticona, lo era tanto que su marido ya ni la escuchaba.
Cada mañana, cuando ?María, la criticona? se levantaba y mientras Pepe desayunaba, corría a la ventana y con la nariz pegada al cristal comenzaba el recital de críticas:
Has visto Pepe, ¡que sucia es la vecina de enfrente!, tiene toda la ropa llena de manchas de tomate, unas manchas negras horribles, ¡qué asco!
Su marido, cucharada tras cucharada de leche con galletas, ignoraba los comentarios de su mujer, que cada mañana repetía la misma operación.
Cierto día descubrió con sorpresa que al levantarse, su marido llevaba ya un buen rato levantado. María corrió a la ventana como de costumbre y dijo con un tono hasta de decepción:
Has visto, Pepe, por fin la guarra de enfrente ha lavado bien su ropa, ya era hora, desde luego hay personas con más cara que espalda, ¡por favor, tender la ropa con tantas manchas!
Y mientras seguía murmurando, su marido se acercó, la tomó de las manos, la miró a los ojos y le dijo:
Sabes, María, hoy me levante muy temprano y limpié todos los cristales de casa.
Es el miedo de los miedos, quizás la síntesis de todos los anteriores. Todos en mayor o menor grado nos hemos enfrentado a las risas de otros niños, todos hemos tenido que descubrir nuestros defectos marcados por alguno de esos "amigos" de la infancia.
Como se puede ver, la mayoría de las causas que paralizan las iniciativas son miedos que nos convierten en personas inseguras.
Si se cambia algún objeto del escenario de la vida, o si algún personaje nos cambia el guion, estamos perdidos... Aún no hemos aprendido a vivir improvisando.
¿Quién sabía ser padre antes de serlo? ¿Quién estaba seguro de que el momento en que sucedía el milagro de la concepción, era el mejor para que sucediera?
Creencias limitantes:
1º
2º
3º
4º
Esta píldora formativa está extraída del Curso online de Innovación y creatividad.
No pierdas tu oportunidad y ¡continúa aprendiendo!
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