Las comillas son un signo auxiliar de puntuación cuya función más conocida es la de encerrar citas textuales que un autor copia de otro, dejando constancia de que las palabras que acotan reproducen fielmente las originales y en ningún caso son una interpretación, por lo debe señalarse con pulcritud. Las comillas también pueden utilizarse como tipografía distintiva para señalar ciertos matices en el texto como la ironía o el coloquialismo.
Los tipos de comillas que tenemos en nuestros teclados son las siguientes.
Comillas latinas o bajas
Las comillas latinas («?»), también denominadas bajas, españolas o francesas, tienen forma angular. Son un signo doble y, por tanto, deben abrirse y cerrarse, colocando un par de comillas al inicio y otro par al final: «Eso dijo». El trazo de las comillas latinas tiene contraste para que estas queden así integradas lo mejor posible con el resto de caracteres de las fuentes y su diseño obedece a criterios más tradicionales que las altas.
La tradición española defiende siempre el uso de las comillas latinas en primer lugar. Algunos autores, como Martínez de Sousa, opinan que, en español, esto es un anglicismo ortotipográfico y siguen defendiendo la jerarquía tradicional (Ortografía y ortotipografía del español actual, 2004, pág.?332): «El orden de utilización en español es el siguiente: en primer lugar, las comillas latinas; en segundo lugar, las comillas inglesas, y en tercer lugar, las comillas simples o sencillas».
Comillas inglesas o altas
Las comillas inglesas ("?"), también denominadas altas, son más redondeadas y pueden tener los signos de apertura y cierre simétricos o inversos. Las comillas altas solo deben utilizarse cuando es necesario entrecomillar parte de un texto que a su vez ya está previamente contenido entre comillas latinas.
Mientras que las comillas bajas o latinas son más propias del español y del francés, de un tiempo a esta parte, muchos correctores tienden a utilizar las comillas inglesas en primer lugar, aunque si nos ceñimos a las normas esto en español sería un anglicismo tipográfico. Cada vez con más frecuencia nos encontrarnos textos donde las comillas inglesas se emplean de forma autónoma, a pesar de que, como hemos dicho, la teoría afirma que en español esto es incorrecto.
Comillas simples
Las comillas simples o sencillas pueden aparecer en combinación con otras comillas o como signo independiente. Se emplean en combinación con otras comillas cuando deben encerrar un fragmento de un texto mayor que ya está contenido entre comillas inglesas: «Me dijo: "Qué "morro" tienes, ¿no?"?».
Se emplean de forma independiente cuando cumplen funciones metalingüísticas, al recoger la definición de un concepto que aparece al lado. Por ejemplo: Ateo "aquel que niega la existencia de Dios", no es sinónimo de agnóstico. En este caso, estamos usando la cursiva para señalar lo que se define y las comillas simples para contener la definición, pero en el metalenguaje también pueden intervenir las comillas dobles (latinas o inglesas).
Comillas mecanográficas
Las comillas mecanográficas son una variante de las inglesas y proceden de la mecanografía. No tienen curva, sino que son completamente rectas, y carecen de una función tipográfica específica. A pesar de que no son adecuadas, hoy en día casi todos los medios digitales utilizan este tipo de comillas, entre otras razones, porque en los teclados convencionales es más fácil acceder a ellas que a las tipográficas, que serían las correctas.
En tipografía todas las comillas eran curvas, pero, al pasarlas a la mecanografía, se sustituyó la comilla curva por una raya recta sin modulación. Al no tener ninguna función tipográfica y ser incorrectas, algunos programas y procesadores de texto tienen la posibilidad de cambiar automáticamente las comillas rectas por las tipográficas, que son mucho más legibles y se integran mejor con el resto de caracteres de la página.
Los errores más habituales que se producen con las comillas son los siguientes:
ERROR 3 > EQUIVOCARNOS CON LA FUNCIÓN DE LAS COMILLAS
Las comillas no deben usarse para resaltar información. Podemos utilizar negrita para este fin, pero no las comillas, ya que las comillas se usan solo con tres fines: señalar citas textuales, expresiones impropias o la ironía.
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Tenemos otros recursos como la negrita para señalar resaltes en el texto; no utilicemos comillas para este fin.
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Las comillas no deben usarse para resaltar información, a pesar de que es un recurso que nos encontramos a diario. Tenemos otros recursos para señalar resaltes en el texto, por ejemplo utilizar negrita o cursiva, como se muestra a continuación:
TENEMOS CHOCOLATE CON CHURROS | CERRADO POR DEFUNCIÓN | SIEMPRE CONTIGO
Es común, además, elegir mal el símbolo que empleamos. En nuestros teclados tenemos varios tipos de comillas: comillas latinas o bajas, comillas angulares, comillas inglesas o altas, comillas simples o sencillas, comillas mecanográficas sencillas y dobles y por último, apóstrofos.
Solo dos de estos signos son intercambiables entre sí (comillas altas y bajas); el resto de comillas tienen unos usos propios y no podemos sustituir unos por otros. Si estás escribiendo o corrigiendo un texto en español y quieres entrecomillar algo, debes utilizar las comillas bajas y no las altas.
Evitar las comillas mecanográficas
En Word puedes sustituir las comillas mecanográficas por las tipográficas dentro de las preferencias. Haz clic en autocorrección y ve a la pestaña formato automático mientras escribe. En la sección mientras escribe, automáticamente haz clic en comillas rectas con comillas tipográficas. A partir de ese momento, si se te escapa una comilla mecanográfica o alguien te manda un texto con estas comillas, ya le estarás diciendo al programa que las sustituya por las comillas tipográficas. Si hemos decidido incluirlas en este libro es para que tomemos consciencia y dejemos de utilizarlas.
Esta píldora formativa está extraída del Curso online de Ortotipografía y corrección de estilo.
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