"Lo más importante en la comunicación es escuchar lo que no se dice." Peter F. Drucker

Este tipo de lenguaje, tan misterioso, no se empezó a estudiar hasta pocos años atrás. Charles Darwin empezó a trazar algunas pistas sobre la importancia de ciertas expresiones faciales y movimientos corporales y de las emociones. En el año 1872 publicó su obra "La expresión de las emociones en el hombre y los animales", donde mostraba curiosidad y preocupación, de un punto de vista científico, acerca del lenguaje del cuerpo.

Pero fueron los psicólogos Albert Mehrabian y Morton Wiener, pioneros en el campo de la comunicación no verbal, los que llevaron a cabo, en los años sesenta, experimentos sobre actitudes, sentimientos y expresión corporal, dando lugar a la conocida regla "7 % - 38 % - 55 %".

Demostraron que la mayor parte de nuestra comunicación, ni más ni menos el 93 %, pasa a través de la información que expresan nuestros gestos corporales y faciales, es decir, el lenguaje no verbal. Solo el 7 % de la información se atribuye a las palabras, mientras que el 38 % se imputa a la voz (entonación, proyección, resonancia, tono, etc.) y el 55 % al lenguaje corporal (gestos, posturas, movimiento de los ojos, respiración, etc.).

Desde entonces se empezó a tener en cuenta la importancia de este lenguaje oculto y el gran impacto que produce en la persona receptora del mensaje emitido. En aquella que lo ve, lo escucha, lo interpreta y lo descifra de forma inconsciente.

Sí, el lenguaje corporal es inconsciente, por eso es muy difícil de imitar y, más aún, de engañar. Es complejo, ya que cada persona tiene sus propias características, en base a su personalidad, cultura o sexo y su expresión corporal también está influenciada por la situación o el entorno. Por esa razón es contextual y debemos prestar atención a cómo se desarrolla la situación y todas esas circunstancias anteriores.

El gesto de tocarse o rascarse la nariz simboliza que la persona está mintiendo. La explicación es muy sencilla, cuando mentimos se dilatan los vasos sanguíneos de la nariz, esta se hincha y nos provoca la necesidad de rascarnos. Se denomina "El efecto Pinocho". Pero ¿y si simplemente le pica solo porque la tiene quemada por el sol o porque le ha picado un mosquito?

¿Qué quiere decir nuestro cuerpo mientras hablamos?Por eso, no solo nos sirve aprender los significados y las señales de nuestro cuerpo, sino también debemos entrenar nuestra habilidad de observación para poder navegar mejor por el laberinto de la inconsciencia y la complejidad del contexto.

Hoy en día podemos decir que el lenguaje no verbal es la comunicación a través de canales distintos del lenguaje hablado o escrito. Los significados de las expresiones del rostro, de los ademanes y de las posturas son parte de la comunicación no verbal, así como los significados de las miradas, las formas del contacto físico, el uso de símbolos, el comportamiento y la forma de vestir. También debemos incluir la paralingüística y las distancias interpersonales, todo eso es un conjunto que engloba la comunicación no verbal.

Ahora bien, la comunicación es un proceso complejo donde se conjugan la comunicación verbal con la no verbal. En condiciones normales encontramos coherencia entre los dos tipos, pero si hay un desajuste entre lo que estamos diciendo y lo que nuestro cuerpo muestra, entran en conflicto ambos mensajes, verbal y no verbal. Eso genera ruido y distorsión en nuestra interpretación de la información que estamos exponiendo.

En conclusión, las palabras, la voz y el cuerpo, tienen que ser coherentes entre sí. La incoherencia puede ser percibida por la otra persona y de ser así, pondrá en duda lo que le estamos diciendo.

Códigos no verbales

El entorno, la apariencia, el comportamiento y la conducta. Todo eso comunica y nos da pistas sobre la personalidad, las motivaciones, las emociones o las actitudes de una persona.

Sin embargo, la comunicación no verbal también desarrolla varias funciones en el proceso de socialización:

Códigos no verbales

  • Define nuestra identidad.
  • Demuestra el grado o la capacidad que tenemos para relacionarnos.
  • Ayuda a acotar y a comprender los mensajes sin necesidad de utilizar el lenguaje.
  • Transmite emociones y sentimientos.
  • Influye en los demás y en nosotros mismos.

Ya hemos visto que hay un gran abanico de códigos o canales de la comunicación no verbal. Vamos a recalcar aquellos que son claves:

Expresiones faciales:

Son el detector más fiable que muestra qué tipo de emociones sentimos y dónde enfocamos nuestra atención al comunicarnos. El rostro es capaz de comunicar con toda la claridad las siete emociones básicas universales: alegría, sorpresa, tristeza, miedo, ira, asco y desprecio.

Gestos:

Son uno de los canales de comunicación no verbal con mayor componente cultural. Hay que saber diferenciar los gestos ilustradores, que son los que acompañan el discurso verbal, de los gestos emblemáticos, que tienen sentido por sí solos, y los gestos reguladores o de afecto, que nos ayuda a dirigir la interacción o a transmitir sentimientos.

Posturas

La exposición y la orientación de nuestro cuerpo demuestran el grado de interés y de apertura hacia los demás. Además, las posturas indican el estado emocional y, al mismo tiempo, influyen en el estado de ánimo.

Apariencia:

Nos informa de la edad, el sexo, el origen, la cultura, la condición socioeconómica, etc. de una persona. Nos ayuda mucho en la parte contextual.

Evidentemente, no es tarea fácil realizar una lectura correcta de los mensajes no verbales, por ello es necesario leer, estudiar y practicar las interpretaciones provenientes de las tres disciplinas esenciales: la kinésica, la proxémica y la paralingüística.

¡La mente miente, el cuerpo no!

La primera impresión es la que cuenta

"Tus ojos contradecirán tus palabras, si tus palabras contradicen tus pensamientos y sentimientos". Sam Owen.

Se dice que nunca se tiene una segunda oportunidad de dar una primera impresión.

La primera impresión es un proceso de percepción de una persona por otra, que transcurre en muy poco tiempo. Habitualmente no somos del todo conscientes ni de la emisión ni de la recepción de las informaciones que la configuran, pero nosotros ya sabemos que son estos tres campos o canales los que tienen un rol clave.

¿Qué aspecto tengo?: 55 % - ¿Cómo me comunico?: 38 % - ¿Qué digo?: 7 %

El tiempo en el que se produce la primera impresión en el encuentro cara a cara, oscila entre 2 y 4 minutos y solo escasos segundos si nos comunicamos por el teléfono.

Para completar el círculo de la comunicación y la comprensión hay que añadir un cuarto campo, "¿cómo escucho?", que cierra este círculo.

Poco a poco vamos a ir abriendo esa caja de sorpresas llamada lenguaje no verbal, y así, paso a paso y campo a campo, vamos a ir descifrando a las personas.

 

Esta píldora formativa está extraída del Curso online de Lenguaje corporal para ser un buen líder.

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