El concepto de lavado de dinero surge durante los años 20 en Estados Unidos cuando algunos mafiosos utilizaron lavanderías para legitimar los beneficios obtenidos en sus negocios criminales.
La consideración como un hecho ilícito autónomo del llamado "lavado de dinero" tiene su comienzo en los primeros años de la década de los 60 destacándose que es una causa de ocultamiento mediante una serie de operaciones a efectos de poder legitimar los bienes que provienen de una actividad ilícita previa.
El lavado de dinero procedente del narcotráfico se percibe como una amenaza en los países desarrollados a mediados de los años 70. En Estados Unidos el tema surgió debido a que la recaudación de la venta de droga en la calle era depositada en los bancos sin ningún trámite ni control previo y esos fondos se introducían fácilmente al circuito formal. El crecimiento del narcotráfico en las décadas de los 80 y 90 del siglo pasado condije con un impulso internacional de la desregulación y liberalización financiera, fruto de la nueva era económica abierta a raíz de la caída del bloque soviético.
El fenómeno eclosiona a nivel internacional con el auge de los Cárteles de la droga colombianos, que alcanzan a controlar toda la cadena de fabricación y distribución de la cocaína en el mercado norteamericano, llegando a adquirir unos niveles de riqueza y poder que les colocaron en posición de desequilibrar la estabilidad de las autoridades y del Gobierno colombiano y colocar al país en una situación de auténtica guerra civil que exigía de una reacción internacional.
La crisis del petróleo de los años 70 y la creación de los euromercados para dar cabida a los excedentes de los países exportadores del crudo dio mayor importancia a las plazas financieras offshore que comienzan a albergar los capitales que por distintos motivos escapan al poder fiscalizador de los estados ofreciéndoles nuevos instrumentos financieros en los que invertir. En la actualidad la corrupción política, la venta de armas, el tráfico de drogas, el fraude empresarial y fiscal son las principales fuentes delictivas de estos refugios financieros.
El término lavado de dinero es desde entonces el utilizado oficialmente en inglés, ("money laundering"). En español oficialmente se suele utilizar más el concepto de blanqueo de capitales, aunque cada vez es más común denominarlo lavado de dinero.
Las principales actividades delictivas que nutren al delito de blanqueo de capitales son:
Estrictamente podemos definir el concepto tal y como aparece en la Ley 10/2010 de Prevención de Blanqueo de Capitales y Financiación del Terrorismo, en esta, se considera que son blanqueo de capitales las actividades siguientes:
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Además, existirá blanqueo de capitales aun cuando las actividades que hayan generado los bienes se hubieran desarrollado en el territorio de otro Estado.
El blanqueo de capitales hace que el delito resulte rentable, al permitir a los delincuentes esconder y dar apariencia de legalidad a las ganancias procedentes de actividades ilegales.
Es importante tener en cuenta que, blanqueo de capitales no debe confundirse con fraude fiscal (incumplimiento de las obligaciones tributarias), ya que en el caso del fraude fiscal los recursos, normalmente, se han originado y proceden de actividades lícitas, pero, no han sido declarados de la forma que corresponde.
En resumen, el blanqueo de capitales es un delito que se comete cuando se busca dar apariencia de legalidad a recursos originados mediante actividades ilícitas.
Esta píldora formativa está extraída del Curso online de Prevención de blanqueo de capitales.
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