Videojuegos y gamificación
¿Entonces tengo que saber diseñar un videojuego para gamificar?
Obviamente no, tenemos que aprender cómo los profesionales de los videojuegos diseñan un juego para poder utilizarlo en nuestro ámbito. ¿Y quién no se ha inventado alguna vez un juego? Es algo muy natural que hacemos desde pequeños, pero eso no significa que sea fácil crear un juego que funcione. El diseño de juegos y videojuegos es una profesión que no tenemos que aprender, sino aprender de ella.
Candy Crush Saga es un juego de gran éxito. Según datos del 2019, de los 270 millones de jugadores que hay en el mundo, un 3,4 % (9,2 millones de personas) juegan de tres a seis horas diarias. Descarga el Candy Crush y juega un rato. Vamos a utilizarlo como ejemplo.
Si jugamos al Candy Crush Saga, podemos ver como al principio nos da una bienvenida e instrucciones básicas. Estas instrucciones nos sirven para pasar de nivel. Nos da pistas, refuerzos e información sobre nuestra progresión.
Al pensar como diseñadores de videojuegos tenemos que tener en cuenta que las personas que juegan son activas, son protagonistas y centro del juego, tienen autonomía y libertad, y se divierten. Así tenemos que pensar sobre el alumnado, hacerle el centro.
El objetivo es que las personas jueguen a nuestro juego y que sigan jugando, para ello es importante:
- Iniciación: es cómo enganchamos a los jugadores, dando instrucciones, niveles, pistas, recompensas, información, dificultad.
- Equilibrio: entre fácil y difícil hay que subir el nivel pero también dar apoyos para poder superarlo.
- Experiencia: ser parte de la experiencia del juego, de una comunidad o de una historia es importante para enganchar.
Tenemos que conocer cómo va a recorrer el juego el jugador, porque queremos que nuestro juego tenga una estructura. Un comienzo, un desarrollo y un final. Y además que el jugador pueda tener algún tipo de progresión.