El contexto energético europeo

El contexto energético europeo se caracteriza por una alta diversidad de fuentes de energía y un marco regulatorio que busca equilibrar la sostenibilidad, la seguridad energética y la competitividad económica. Europa, en su conjunto, es un líder mundial en el desarrollo e implementación de políticas energéticas que promueven la transición hacia fuentes de energía más limpias y renovables.

Ley Europea del Clima

El Consejo Europeo, e 2014, acordó el marco de actuación de la UE en materia de clima y energía hasta 2030. es por ello que se estableció un objetivo final de reducir las emisiones un 55 % respecto a los niveles de 1990 para el año 2030, objetivo que se ve reflejado en la Ley Europea del Clima. En este sentido, se comienza a trabajar en estos objetivos realizando una serie de medidas legislativas encaminadas a actualizar y revisar la legislación de la UE.

Actualmente la política energética y climática europea está definida por el Acuerdo de París logrado en 2015, cuyo objetivo es contener el incremento de la temperatura media global por debajo de los 2°C respecto de los niveles existentes antes de la revolución industrial, y realizar esfuerzos para limitarlo a 1,5°C.La UE ratificó el Acuerdo de París en octubre de 2016, y España lo hizo en 2017

Estas políticas no solo determinan la dirección del desarrollo energético dentro de un país, sino que también tienen implicaciones más amplias debido a los acuerdos y alianzas internacionales.

Un ejemplo destacado es el Pacto Verde Europeo, que establece un plan ambicioso para hacer de Europa el primer continente climáticamente neutro para el 2050, lo que está impulsando la innovación y la inversión en tecnologías limpias. La comunicación sobre el Pacto Verde Europeo, lanzada por la Comisión Europea en diciembre de 2019, y que tiene por objeto alcanzar la neutralidad climática del continente europeo en 2050, impulsando la economía, mejorando la salud y la calidad de vida de los ciudadanos, protegiendo la naturaleza y no dejando a nadie atrás, contempla las 8 áreas prioritarias de actuación, áreas que requieren la movilización de la investigación y el fomento de la innovación y competitividad.

Uno de los aspectos críticos del contexto energético europeo es su dependencia de importaciones de energía, en gran medida del petróleo y el gas natural importado, lo que expone a la región a fluctuaciones en los precios internacionales y conflictos geopolíticos que puedan impactar el suministro.

Es por ello, que en el ámbito de la seguridad energética, se fijan objetivos para aumentar la diversificación de fuentes de energía y suministro, así como la reducción de importación de energía. En el caso de España, dada la preponderancia de los combustibles fósiles en el sistema energético nacional, este se caracteriza por una elevada dependencia energética, que alcanzó el 72 % en 2021, por encima de la media de la UE (70,1 %). Con respecto al mercado interior, el objetivo de interconexión eléctrica de los Estados miembros se fija en el 15 % para el año 2030.