Consecuencias de las pérdidas y el desperdicio alimentario
Impacto medioambiental
Huella carbónica
- En España las pérdidas y el desperdicio de alimentos son responsables de la cuarta parte de las emisiones totales del sistema agroalimentario, lo que en términos absolutos representa en torno a una tonelada de CO2e per cápita al año.
- A nivel mundial se descargan a la atmósfera 3.300 millones de toneladas de gases de efecto invernadero durante el proceso, más los producidos con el vertido de los mismos.
Huella hídrica
- La huella hídrica de los españoles asociada al desperdicio de alimentos equivale a más de 130 litros de agua por persona y día.
- A nivel mundial la pérdida y desperdicio de alimentos consume hasta un 21 % del agua dulce en el mundo.
Uso del suelo
- Dos millones de hectáreas se han deforestado para producir alimentos que, finalmente, no se han consumido.
- Casi un 30 % de la superficie agrícola del mundo se usa anualmente para producir alimentos que se pierden o desperdician.
Impacto económico
- Las pérdidas y el desperdicio alimentario no solo suponen la pérdida de esos alimentos, sino también la de los recursos materiales, humanos, técnicos y económicos empleados en su producción.
- Además, las pérdidas y el desperdicio alimentario suponen una ruptura de las cadenas de valor del sector primario, un freno para el desarrollo económico del sector y una inversión inútil que no se podrá dedicar a otros fines.
- Se ha calculado que el desperdicio de recursos supone una disminución en términos económicos equivalente a 728.000 millones de euros al año (FAO).
Impacto social
- Los países más pobres padecen los problemas sociales y sanitarios derivados del hambre o la subalimentación, especialmente sensible entre los niños.
- En las sociedades desarrolladas, los más vulnerables tienen problemas de acceso a una alimentación variada y suficiente.
- En la UE en 2023 había alrededor de 94,6 millones de personas en riesgo de pobreza o exclusión social, lo que equivale al 21,4% de la población total.
- En España, el estudio "Alimentando un futuro insostenible" publicado por la Universidad de Barcelona en 2022, ha puesto de manifiesto que un 13,3% de los hogares no pueden acceder de forma regular a alimentos suficientes en términos de calidad y cantidad que aseguren su crecimiento y desarrollo normal, es decir, experimentan inseguridad alimentaria, lo que afecta a casi 6.235.900 personas en todo el país.