Cinco modelos de negocio circulares
La transición hacia una economía circular requiere modelos de negocio innovadores que sustituyan los existentes o ayuden a encontrar nuevas oportunidades.
Las empresas que quieran disfrutar de la ventaja circular tendrán que desarrollar modelos de negocio que no estén sometidos a las limitaciones del pensamiento lineal, y aprovechar el trampolín de crecimiento que ofrece la Economía Circular para impulsar cambios positivos.
Modelos de negocio que subyacen a la Economía Circular. Accenture Strategy (2015).
Estos modelos de negocio tienen sus propias características y las empresas pueden usarlos por separado o combinados entre sí para aumentar la productividad de los recursos y, al mismo tiempo, diferenciarse de la competencia, aportar más valor a los clientes, reducir los costes de servicio y propiedad, generar nuevos ingresos y reducir los riesgos.
Se identifican cinco modelos de negocio circulares:
Suministros circulares
Se basa en la utilización de recursos totalmente renovables, reciclables o biodegradables en la producción, tanto energías como materiales. Se sustituyen las materias primas finitas y las energías basadas en hidrocarburos, al tiempo que reducen los residuos y se eliminan ineficiencias. La transición a este modelo está especialmente indicada para empresas que emplean materias primas escasas o tienen una gran huella medioambiental.
Recuperación de los recursos
Rescata la energía o el valor restante de un producto al final del ciclo para utilizarlo en el siguiente ciclo. Favorece las cadenas de retorno y permite transformar los residuos en recursos de valor a través de innovadores servicios de reciclaje y valorización. Este modelo de negocio puede emplear las nuevas tecnologías de la Industria 4.0 para recuperar un recurso a un nivel de valor equivalente a la inversión inicial, o incluso por encima (suprarreciclaje). La empresa puede eliminar pérdidas de material y maximizar el valor económico de los flujos de retorno de productos, siendo un modelo de negocio indicado para empresas que producen grandes volúmenes de residuos o que pueden recuperar y reprocesar residuos de manera rentable.
Prolongación de la vida útil del producto
Por medio del ecodiseño se fomenta la reparación, actualización, remanufactura o recomercialización, ampliando la vida útil de los productos o de sus componentes. De esta forma, se hace posible mantener o incluso aumentar un valor que, de otro modo, se perdería al desechar los materiales. Al prolongar el ciclo de vida de los productos se generan también ingresos adicionales. Además, los productos se actualizan de una forma más precisa, ganando en funcionalidad. Este modelo es apropiado para la mayor parte de los segmentos B2B que requieren grandes inversiones (como el de equipamiento industrial), así como para empresas B2C que dan servicio a mercados donde abundan los productos usados o donde las nuevas versiones de un producto solo ofrecen a los clientes mejoras parciales de rendimiento con respecto a la versión anterior.
Uso compartido de plataformas
Fomenta la colaboración entre los usuarios de productos, ya sean individuos u organizaciones. De esta forma, es posible aumentar la productividad y el valor que se aporta a los usuarios. Este modelo, que ayuda a maximizar los niveles de uso, podría ser beneficioso para empresas cuyos productos y activos tienen un bajo nivel de uso o propiedad. No obstante, en la actualidad es más frecuente encontrar este modelo en empresas especializadas en aumentar el nivel de uso de los productos sin que dicha empresa realice ninguna labor de producción, lo que supone una presión considerable para los productores tradicionales.
Producto como servicio
Ofrece una alternativa al modelo tradicional de comprar para y poseer en propiedad. En este caso, uno o más clientes utilizan los productos según un contrato de alquiler o de pago por servicio. Este modelo sirve de incentivo para hacer productos más duraderos y fáciles de actualizar, mejorando sus prestaciones. En un negocio que ofrece productos como servicio o servitización, la longevidad, la capacidad de reutilización y el uso compartido de un producto ya son riesgos para la empresa, sino aspectos beneficiosos que pueden aumentar los ingresos y reducir los costes. Este modelo puede ser atractivo para empresas cuyos productos tengan un coste de explotación elevado y la propia empresa pueda obtener beneficios adicionales gestionando el mantenimiento.