El lenguaje con el que nos comunicamos debe evitar cualquier discriminación, sea del tipo que sea. La discriminación es un trato diferente y perjudicial que se da a una persona por motivos de raza, sexo, ideas políticas, religión, etc. Ya hemos visto que nuestra lengua tiene algunas particularidades que complican la adopción del lenguaje inclusivo, como por ejemplo que el género masculino englobe al femenino, pero también es cierto que, a día de hoy, perviven en nuestra comunicación usos sexistas, por lo que toda la comunidad ha de estar implicada en erradicarlos.
Este cambio en nuestra comunicación implicará un esfuerzo conjunto ya que todavía hay muchas resistencias para este cambio. A pesar del esfuerzo normativo que se ha venido realizando, la comunicación sigue desarrollándose bajo el sesgo discriminatorio que invisibiliza a la mujer en la aportación y participación social. Hay ciertas resistencias a la hora de utilizar sustantivos neutros y desdoblamiento lingüístico e incluso hay cierto rechazo a las formas femeninas en las profesiones. La comunicación, ya sea oral, escrita o visual, está sometida a usos de sesgos discriminatorios que moldean nuestra percepción de la realidad a través de unos patrones de uso común.
A continuación se exponen los usos sexistas más frecuentes (y ejemplos de los mismos) con su correspondiente propuesta de corrección subrayada.
Utilización del sustantivo masculino como norma de inclusión en ambos sexos
Uso del sustantivo masculino para referirnos tanto a hombres como a mujeres.
Uso habitual de términos pretendidamente inclusivos:
Salto semántico
Uso de vocablo masculino con apariencia de genérico (inclusión de hombres y mujeres) que revela, en la misma construcción semántica, su valor como específico (solo hombres).
Asimetría en el tratamiento
Distinto tratamiento de las personas en razón de su sexo, aun teniendo la misma jerarquía.
Tratamiento de falsa cortesía que minimiza la presencia de la mujer y su aportación a la sociedad.
Uso arbitrario del orden de aparición
No mantener el orden alfabético o el de jerarquía profesional cuando aparecen ambos sexos.
Mantener la anteposición del masculino al femenino en todo el texto. La solución sería alternar el orden.
Duales aparentes y vocablos ocupados
Duales aparentes son palabras que varían su significado según se aplique a un sexo o a otro detectándose, especialmente, en aquellas que designan cargos o profesiones cuyas formas femeninas son "vocablos ocupados" con una connotación negativa o inferior respecto a su forma femenina.
La secretaria salió a fotocopiar mientras el secretario del centro iniciaba la sesión.
Secretaria = administrativa, puesto subordinado.
Secretario = cargo representativo.
La administrativa salió a fotocopiar mientras el secretario del centro iniciaba la sesión.
Uso del término mujer como aposición redundante
Se destaca la condición sexuada de las mujeres por encima de otras características pertinentes al asunto.
Las mujeres investigadoras expusieron sus puntos de vista.
Las investigadoras expusieron sus puntos de vista.
El femenino en profesiones
El género femenino en una profesión, cargo o actividad se emplea cuando este esté desempeñado por una mujer siempre que sea posible, gramatical y morfológicamente (carnicero/carnicera, maestro/maestra). Eso incluye profesiones que la mujer no había desempeñado tradicionalmente, por lo que debemos guiarnos por los mecanismos morfológicos para su formación y empleo.
Tal como explica la RAE en la Nueva Gramática de la Lengua Española (NGLE) (2.6l), el rechazo a ciertas formas femeninas puede tener más bien razones sociales, como la preferencia de los hablantes de ciertas profesiones, áreas lingüísticas, etc. En español, la mayoría de las profesiones pueden y deben usarse en femenino, ya tengan flexión de género (el médico/la médica, el abogado/la abogada), o ya sean comunes en cuanto al género (el periodista/la periodista).
Para impulsar este cambio en la percepción de la realidad se han elaborado, desde diferentes instancias, documentos que recomiendan el uso igualitario de la lengua.
Manual de estilo de lenguaje administrativo
Informe sobre el lenguaje no sexista en el Parlamento Europeo
Ley Orgánica de Igualdad Efectiva de Mujeres y Hombres
Ley 9/2003, de 2 de abril, de la Generalitat
Igualdad, lenguaje y Administración: propuestas para un uso no sexista del lenguaje
Orden de 22 de marzo de 1995 y RD 1002/2010
Esta píldora formativa está extraída del Curso online de Desarrollo de competencias de comunicación escrita.
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