Los flujos y sistemas migratorios y sus consecuencias
Los flujos migratorios "se refieren al número de migrantes que entran o salen de un determinado país en un período de tiempo dado, por lo general un año" (UNSTAT, 2017). Sin embargo, los países utilizan diferentes conceptos, definiciones y metodologías de recopilación de datos para compilar estadísticas sobre los flujos migratorios.
La expresión flujo migratorio alude a la circulación de personas en movilidad, existiendo distintos tipos con relación a las distintas realidades migratorias (flujos de emigración, inmigración, tránsito, retorno, forzado).
En los estudios sobre las migraciones es importante conocer el concepto de sistema migratorio. Una de las observaciones de los estudiosos de las migraciones es que los flujos migratorios tienden a estabilizarse y a estructurarse a lo largo del tiempo. Ello da lugar a los sistemas migratorios, que se componen de al menos dos países que intercambian de manera consistente migrantes entre sí, a la vez que otros bienes y servicios.
El sistema migratorio contiene, como mínimo, una región central que recibe inmigrantes, compuesta de al menos un país, y un conjunto de países de origen vinculados a la región a través del flujo migratorio distintivo. Los polos del sistema pueden ser tanto estados como regiones o subpartes de regiones.
Tradicionalmente, los flujos se han agrupado en cuatro grandes sistemas migratorios internacionales: Norteamérica, Europa Occidental, la zona del Golfo Pérsico y la región Asia - Pacífico.
Los sistemas migratorios nos sirven para centrarnos en observar los tipos de relaciones que se establecen entre los países que los contienen e intentar explicar por qué determinados patrones de conducta humana emergen, o por qué no, y cuáles son sus efectos.
La perspectiva de los flujos migratorios presenta una serie de ventajas:
Dinámicas de interdependencia
Perspectiva dinámica
Perspectiva sistémica
La perspectiva sistémica nos ayuda a observar un análisis que trasciende el flujo de personas, y nos obliga a prestar atención a otras dinámicas que acompañan a esos flujos.
Estas dinámicas nos ayudan a explicar flujos en relación con sus causas, sus consecuencias tanto en origen, destino o tránsito, y la perpetuación de estos. Se trata de dinámicas de tipo no solo demográfico, sino también económico, social y cultural.