La comunicación puede ser verbal (por medio de palabras) y no verbal (lenguaje corporal).
La comunicación hablada tiene dos características que la marcan profundamente. Es;
Aunque sean hablados, los mensajes en el contestador carecen de estas dos características. Y nadie garantiza que vayan a ser escuchados o que lo sean a tiempo.
Por otra parte, su espontaneidad le resta muchas veces reflexión y, por tanto, calidad.
La comunicación escrita, a su vez, está marcada por una característica peculiar. Es:
Una parte importante de nuestro mensaje no la emitimos a través del código aparente -las palabras que pronunciamos- sino mediante otros vehículos: el gesto y el tono de voz.
Nos comunicamos sin cesar con nuestro lenguaje corporal, en su mayor parte inconsciente, que confirma o desmiente el verbal.
Cada gesto es una palabra.
Albert Mehrabian realizó una interesante investigación sobre este tema, intentando determinar la contribución del gesto, la voz y la palabra a la comunicación de actitudes. El resultado de su investigación arrojó las siguientes cifras:
Solo el 7 % de la comunicación se realiza a través de la palabra. Esto recomienda una escucha especialmente atenta de lo que se nos dice con el lenguaje corporal.
Esta píldora formativa está extraída del Curso online de Asistencia a la dirección en la Administración pública.
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