Los accidentes de tráfico son una de las principales causas de muerte en nuestro país. Aunque el número de accidentes ha ido disminuyendo en los últimos años, las cifras siguen siendo preocupantes.
Muchos de estos accidentes ocurren durante la jornada de trabajo, ya sea porque el hecho de conducir es la actividad principal del conductor, porque conduzcan durante su jornada de trabajo como actividad complementaria o porque acudan a su centro de trabajo conduciendo un vehículo, por lo que se consideran accidentes de trabajo.
Según la legislación relacionada con la Prevención de Riesgos Laborales es responsabilidad del empresario la formación relacionada con la prevención de los accidentes tanto los que ocurren durante su jornada laboral (accidentes en jornada) como los que ocurren en el trayecto desde su casa al centro de trabajo y vuelta (accidente en itínere).
Estos accidentes suponen un alto coste para la empresa ya sea directamente (reparación de vehículos, primas de seguro, cotizaciones a la Seguridad Social, recargo de prestaciones, etc.) como de forma indirecta (pérdida de negocio, contratación de personal de sustitución, retraso en los tiempos de trabajo, etc.).
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