Cómo calcular cuántas horas dura un curso online
Hoy en día nadie pone en duda la multitud de ventajas que ofrece la teleformación. Entre otros beneficios, la formación online se caracteriza por:
- Eliminar las barreras geográficas permitiendo que, sin importar dónde vivan los alumnos y alumnas, estos puedan acceder a una formación de calidad.
- Proporcionar un estudio flexible y adaptado al ritmo y disponibilidad de cada alumno, permitiendo además compatibilizar la formación con actividades laborales y personales. La falta de tiempo ya no es un impedimento para seguir formándose y mejorar en el ámbito laboral y personal.
- Facilitar un acceso sencillo a la formación, desde cualquier sitio, desde cualquier dispositivo y a cualquier hora del día.
- Representar un ahorro económico tanto para el alumnado participante como para las entidades organizadoras.
- Facilitar la actualización en tiempo real de los contenidos, permitiendo desarrollar cursos interactivos que presentan multitud de recursos y actividades que facilitan el aprendizaje.
- Permitir un seguimiento exhaustivo del avance del alumnado gracias a las herramientas y registros en la plataforma de teleformación.
- Tutores y tutoras expertos guían al alumnado en el aprendizaje, resolviendo sus dudas y corrigiendo las prácticas, de una manera mucho más personalizada.
A la hora de diseñar un curso online procurando respetar los indicadores de calidad que deben cumplir los contenidos formativos, es muy importante calcular adecuadamente la duración o tiempo que dedicará el alumnado para realizar el curso con éxito. Los contenidos no deben ser monografías, sino que deben proporcionar las herramientas para facilitar un aprendizaje por competencias, a través de la práctica principalmente.
Este tipo de aprendizaje requiere una lectura comprensiva, la realización de esquemas, mapas conceptuales, resúmenes, el visionado de vídeos, la lectura de enlaces de interés, la realización de prácticas, la participación en actividades colaborativas y foros... Aunque estos sean elementos subjetivos y difíciles de medir, especialmente porque cada persona tiene un ritmo distinto de aprendizaje, es posible establecer mediante distintos algoritmos la duración de un curso eLearning.
Así es como desde ADR Formación, llevamos años calculando la duración de nuestros cursos con una herramienta interna de Análisis de Tiempos. Esta herramienta toma en cuenta todas las cuestiones anteriormente mencionadas y establece la duración de los cursos desarrollados en nuestra plataforma a partir de criterios objetivos y parámetros previamente definidos, avalados por prestigiosos estudios y registros de cientos de miles de alumnos que han pasado por nuestro aula virtual. De este modo, tanto autores de contenidos como administradores de la plataforma, pueden en todo momento analizar en detalle la duración de cada unidad didáctica y del curso en su conjunto.
Esta herramienta se tiene presente desde el principio del desarrollo de los contenidos para verificar que la duración de cada unidad didáctica sea adecuada según los objetivos perseguidos. De este modo, conseguimos garantizar que la duración de los cursos es correcta y que los alumnos obtendrán una certificación acorde a su dedicación.
En este sentido, y en el entorno actual de formación programada en el que nos encontramos, cobra vital importancia el estudio online y se exige a los alumnos que permanezcan conectados un mínimo del 75% de las horas que dura el curso. ¿Pero qué sucede cuando las prácticas requieren un trabajo que va más allá de la permanencia online en la plataforma? ¿Qué pasa con los alumnos que estudian offline descargando los contenidos, los vídeos o audios para visualizarlos desde el móvil? ¿Debemos olvidar que los alumnos no parten con los mismos conocimientos previos y asumir que a todos les cuesta lo mismo estudiar un contenido?
Si tomamos en cuenta que una de las principales ventajas de este método de formación es la flexibilidad, estas exigencias de un tiempo mínimo online van en contra del espíritu del eLearning. Debemos ser capaces de calcular correctamente la duración de un curso y permitir que la formación se adapte a los conocimientos previos y ritmo de estudio de cada alumno.
Si la carga horaria del curso está bien estimada, el expediente del alumno registra un estudio coherente y el tutor verifica que se han adquirido mediante las prácticas las competencias evaluadas, el objetivo de la formación online se ha cumplido. Si no queremos desvirtuar la formación online, será fundamental no perder de vista sus ventajas y trabajar en pro de la flexibilidad y el aprendizaje basado en competencias.