27 de Septiembre de 2021
Alzheimer: la importancia de un diagnóstico precoz
Autoría: Miriam Martínez Juárez
El 21 de septiembre se conmemora el Día Mundial del Alzheimer. Con motivo de esta efeméride, aprovechamos este espacio para poner de manifiesto la importancia de un diagnóstico precoz para una temprana intervención terapéutica.
El Alzheimer es el tipo de demencia con mayor incidencia entre la población a nivel mundial, con una repercusión aproximada de 50 millones de personas en la actualidad, cifra que se prevé que aumente hasta los 85 millones en el año 2030.
El incremento incesante de casos pone en valor el importante papel de la investigación y la medicina en la lucha contra la demencia, a la espera de hallar un fármaco que posibilite la detención y cura de la enfermedad.
Si bien el desarrollo del Alzheimer tiene su origen en la suma de diversas causas, entre las que destaca la acumulación anormal de las proteínas beta amiloide y tau a nivel cerebral, no es posible determinar con exactitud parámetros que permitan prevenir la enfermedad.
El conocimiento sobre posibles factores de riesgo y señales de alerta han permitido hasta el momento avanzar en la mejora del diagnóstico precoz, progreso que está directamente vinculado a los grandes avances tecnológicos orientados a la detección y control del avance gradual y progresivo de las personas afectadas.
El deterioro cognitivo ocasionado por el Alzheimer va sin duda mucho más allá de la pérdida de memoria, la cual supone la manifestación más característica de la enfermedad. Las alteraciones cognitivas como dificultades en la percepción, falta de atención, disminución de las capacidades de orientación y el juicio, se acompañan de otras manifestaciones tan significativas como la pérdida de la capacidad de comunicación y la movilidad.
Este declive cognitivo, asociado de manera directa al avance y cambio de fases de la enfermedad, conlleva una situación creciente de dependencia en la que la persona afectada, a medida que pierde capacidad y habilidades, requiere de la supervisión, apoyo y cuidado creciente de otras personas.
Sin duda, el papel de la familia y entorno más cercano se vuelve vital e imprescindible en la lucha por la preservación de la dignidad y calidad de vida de las personas enfermas.
Es por ello que es importante analizar, reflexionar y promover medidas de sensibilización, aumento de recursos y formación integral especializada sobre el Alzheimer, con el objetivo de mejorar las situaciones que afrontan las personas con esta enfermedad, así como sus familiares y personas cuidadoras principales.
El curso Alzheimer: atención integral, ya disponible en nuestro catálogo, capacitará a sus alumnos con conocimientos sobre la enfermedad de Alzheimer, atendiendo a la evolución y necesidades de las personas afectadas con el objetivo de ofrecer una atención integral de calidad.